9 de junio de 2020

La grieta de la cuarentena y el intento de volver a la normalidad

Ahora que, más que nunca, hay que dejar las mezquindades de lado, se ha abierto una nueva grieta, que podríamos llamar "sanitaria". Hay un grupo variopinto de intelectuales, actores y dirigentes políticos venidos a menos que presionan para que la cuarentena se levante cuanto antes y hay acuñado el término "infectadura", para describir lo que estamos viviendo. Del otro lado, estamos aquellos que no gozamos de la notoriedad o influencia que parece tener esta gente en los medios, y en consecuencia aceptamos las decisiones que tome el Gobierno de turno. Es evidente que abundan los oportunistas, especialmente aquellos a los que el diario La Nación les dedica generoso espacio en las columnas de los domingos. El macrismo le hizo un daño terrible a una sociedad que soportó todo tipo de atropellos durante 4 años. Fue el Gobierno del marketing, del espionaje y de la mentira. De los tarifazos recurrentes que ponían a las empresas por encima del laburante. Y esta no es una prédica de barricada, ya que estoy lejos de pertenecer a ese grupúsculo. Es lo que padecimos, pero como son demasiado desfachatados como para llamarse a silencio, hacen uso de las redes sociales para instalar temas que surgieron de la nada. Reclamar que los políticos se bajen los sueldos suena muy bien, pero ¿Por qué no lo hicieron ellos antes? Por supuesto, también es necesario reconocer que cada vez que el peronismo vuelve al poder podrá reciclarse, pero sigue teniendo las mañas de siempre. Especular con el rédito político de una emergencia sanitaria es un acto miserable para cualquiera que lo pretenda hacer. 

Ayer vimos por televisión, cómo en Buenos Aires la gente salió "en estampida" a la calle por la flexibilización de la cuarentena, que permite hacer actividad física manteniendo el distanciamiento. Era previsible que ello sucediera, luego de más de 80 días de encierro que hacen trizas nuestra salud mental. Y la aglomeración de porteños que vimos en plazas y parques es una muestra de ese deseo de ir recuperando todas las libertades que creíamos dar por sentado. Acá seguramente pasará lo mismo cuando se habiliten permisos para correr o caminar, ya que el sedentarismo está provocando efectos devastadores en mucha gente que conozco. Añoramos aquello que nos falta, obviamente, que es todo lo que no está permitido hacer. Pero cualquier comparación de esto con una dictadura, no resiste el menor análisis. Hay oponerse al fundamentalismo para no ser cómplice de él y de los que trazan todo tipo de teorías conspirativas en torno al Coronavirus. 

Fernández, al igual que el resto de los ciudadanos, no esperaba encontrarse con este escenario a poco de asumir el poder. Hoy, los picos de contagios se siguen registrando en la Provincia y en el AMBA. Ya hay 18 provincias donde la actividad ha vuelto casi a la normalidad, incluyendo gimnasios y rubros gastronómicos. Por eso, bien podemos afirmar que la cuarentena se está segmentando en función de los casos registrados en cada distrito. Y en lo que respecta a nuestra Provincia, los permisos que son solicitados por los Intendentes se elevan a la Gobernación para que ésta analice si son válidos o aceptables. Todo esto quiere decir que, aunque no lo percibamos, desde el 20 de marzo hasta la fecha hubo una regularización, una búsqueda de la vuelta a la normalidad. Todavía faltan, como mínimo, dos meses para que podamos acceder a nuestro modo de vida habitual, de manera que habrá que tener paciencia en el tramo final de este trance. A no bajar los brazos. Punto final.  


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