Se terminó el fin de semana, es lunes por la mañana, pero antes de que eso suceda, ya venía buscándole la vuelta para que el día me rinda más, como esas botellas de jugo de naranja artificial que conocíamos en nuestra infancia y que había que diluir en agua. Hoy me levanté inusualmente tarde, porque anoche estuve hasta las 3 AM haciendo cosas y necesitaba recuperar el sueño. Me perdí de cubrir un par de actividades y algún que otro compromiso, pero ya está.
Todos estos días no he salido mucho a la calle, solamente para algún acto proselitista o bien para hacer las compras habituales. De vez en cuando, tomar un café en un bar. Visitar a un amigo, como hice ayer. Justo estaba disponible a la hora de la siesta, la verdad es que no era el horario más conveniente pero hay que adaptarse a los de los demás, tampoco es nada del otro mundo. Este muchacho es docente y además da clases particulares, con lo cual probablemente tenga más carga horaria que yo, entonces preferí dormitar en otra ocasión y conversar con alguien, de todo un poco. Pienso que si fuera sereno o vigilador, me la pasaría dormido, al menos hasta que me acostumbre. O si trabajara en una panadería y me tuviera que levantar a las 3 de la mañana.
Miré hoy la tapa de Clarín, entre otros titulares, el más destacado (por el espacio que le dedicaron) decía que "el radicalismo arrasó en Corrientes". Es una pena que el Norte de nuestro país sea noticia con un título que es real, pero tendencioso. Es decir, el candidato radical ganó por el 70 % de los votos, pero los señores del diario lo proyectan a un nivel macro como para dejar entrever que el fracaso estrepitoso del oficialismo en esa provincia puede replicarse en otras. Como mencioné antes, nunca Corrientes, Formosa, el Chaco, etc, serán tapa de un diario (que va dirigido a los porteños) por algún hecho positivo o que esté fuera de la agenda política. Hace 10 o 15 años, un diario en papel tenía páginas suficientes como para que te abocaras a su lectura durante casi todo el día. Hoy, que con suerte rellenan 50 páginas, lo liquidás en tres horas a lo sumo, si le quitamos las publicidades y los clasificados. La decadencia del diario impreso la están fomentando ellos mismos, tanto los de Clarín como los de La Nación. Aunque ideológicamente no coincida del todo con Página/12, tiene notas mucho más interesantes, más columnas de opinión, y un diseño que hace que la experiencia de la lectura resulte más amena.
La gente que vive en CABA detesta al Conurbano, o al Gran Buenos Aires, como si todos sus habitantes fueran una tribu de delincuentes, personas con hambre, o sicarios. Si eso ocurre, es porque el Ministro de Seguridad y los Intendentes lo permiten, además de que la Capital no está exenta de motochorros, arrebatos, homicidios, y delitos de todo tipo. Pero bueno, esta gente vive en "un tubo" cuyo límite es la Av. General Paz, ven pasar la vida desde un departamento monoambiente y uno se da cuenta enseguida de cómo son son cuando debe lidiar con esos sujetos: hablan a los gritos, de manera prepotente, son maleducados, ni saludan, y se creen con derecho a todo. Capaz que se quejan en un restorán de Lobos porque la comida que pidieron tardó demasiado, pero si van a los barrios top de su pequeño agujero, como Las Cañitas, Palermo, Recoleta, etc, no hacen ningún escándalo. O toleran hacer cola para ir a cenar a un determinado lugar. Se la bancan, se tragan la bronca porque sienten una suerte de orgullo por pertenecer a una de las ciudades más caras para vivir en todo el país y abiertamente antiperonista. No digo esto para ensanchar la grieta, pero funciona así: Son ellos, y nosotros. ¿Todos argentinos? Sí, solamente para un Mundial de Fútbol o cuando sentimos que nos tocan el bolsillo, como cuando la clase media venida a menos se animó a hacer un cacerolazo en 2001, con el desenlace ya conocido. Lo demás es pura cháchara. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario