27 de octubre de 2021

¿Cómo "resucitar" a una banda de rock?

Mitad de semana. Estamos atravesando una inusual ola de calor, que (según dice el pronóstico) menguará recién el domingo. Tenía previsto retomar esta semana el gimnasio, pero chorrear transpiración en un galpón de chapa que sólo dispone de un ventilador no parecía el mejor plan. Igual, no me voy a engañar: Muchas veces me invento excusas para no hacer algo. El sol calcinante pega fuerte ya desde las primeras horas de la mañana, y nos da un breve respiro al caer la tarde. Pero bueno, es lo que hay, un mero anticipo del verano. Dan ganas de armar la "Pelopincho" apresuradamente y darse un buen chapuzón.

 Hoy me llegó una encomienda por correo, estaba dormido en ese momento y, por boludo, no me quedó otra alternativa que ir a retirarla a la sucursal. Me suele pasar que me despierto a las 7 de la mañana, veo el reloj y al comprobar que la alarma todavía no ha sonado, intento seguir durmiendo. Cuando finalmente suena, me da la impresión de que ya es muy tarde, como me ocurrió hoy. Si no estoy muy cansado, ya para las 9 hs. estoy desayunando y preparándome para afrontar el día. Ultimamente vi que muchos negocios ya están usando el aire acondicionado, que te refresca un poco, pero cuando salís a la calle el contraste puede derivar en una alergia o algo peor. Hace muchísimos años que llevo un pañuelo en el bolsillo, sin importar qué época del año sea, porque es algo que me pasa con frecuencia, si me das un paquetito de pañuelos descartables te lo liquido en cinco minutos. 

La pregunta que da título a esta nota, tiene que ver con que me he enterado del "regreso" de Los Abuelos de la Nada. Sí, así como lo oyen. ¿Es posible ofrecer un producto digno, sin Miguel Abuelo y la negativa a participar de Calamaro? Depende, el resultado es variado. Parece ser que el hijo de Miguel, Gato Azul Peralta, tiene los derechos del nombre del grupo, y convocó a algunos músicos conocidos para grabar un disco con reversiones de aquellos viejos hits. Ricardo Mollo, Javier Malosetti, Hilda Lizarazu...en fin, algunos nombres son interesantes. Pero el contexto es otro, y hay ciertas canciones de los '80 que ya no resisten el paso del tiempo, con excepción de "Himno de mi corazón" y un puñado más. Lo mismo podría decirse de Soda Stereo, y esa estafa al público que quisieron perpetrar los dos sobrevivientes de la banda, reemplazando a Cerati por otros artistas, o por el cantante de Coldplay, Chris Martin, que hizo una aparición virtual como invitado estrella. ¿Acaso no curraron bastante ya, habiendo hecho dos "reuniones" sin siquiera haber grabado un disco o un tema nuevo? Recordemos que Soda se despidió (para supuestamente no volver) en 1997, pero 10 años más tarde, los millones de dólares pudieron más y volvieron a juntarse para una gira nostálgica, tras la cual cada uno siguió con su vida como siempre. Por supuesto, para aquellos que no tuvieron oportunidad de ver a Soda en vivo, no dejó de ser atrayente. Cerati, en sus últimos años, quiso tener el control artístico de todo y llevarse la mejor tajada posible. Uno nunca sabe cómo van a salir estas cosas, que tienen bastante de experimento comercial. Pues bien, en el caso de los Abuelos, lanzar un álbum con nuevas versiones puede ser un gesto simpático, pero ya componer temas nuevos y alcanzar la masividad de los '80, es poco probable que suceda. El "rock divertido" al estilo de Los Twist, fue símbolo de una época post-dictadura después de muchos años de opresión. 

Por esa inútil voluntad de recrear lo que ya no existe, también me fastidia cada nuevo compilado o artificio que lleva el nombre de Queen, desde que Freddie Mercury dejó este mundo. Intentar reemplazarlo por otro, es imposible, y lucrar con ello, es de la peor calaña.

Bandas como AC/DC lograron superar el estigma del cantante fallecido, y seguir facturando con una nueva formación que no decepcionó a sus seguidores, quizás porque todas las canciones suenan más o menos igual. En el caso de INXS, los miembros sobrevivientes se metieron en  un reality con la intención de buscar un sucesor a Hutchence, pero el fracaso fue rotundo. Lo mejor, se me ocurre pensar, es que si tenés una banda y uno de los integrantes muere o queda imposibilitado para cantar, tratá de hacer una carrera solista y olvidarte de un regreso con sesgo épico. 

El rock es un gran negocio, desde luego, y esto no es nuevo. Pero con la decadencia en las ventas de discos, los principales ingresos se obtienen haciendo giras y tocando en vivo. Esto, con la pandemia, estuvo totalmente limitado, como todos sabemos. Y los shows que se transmitían en forma virtual dejaban sabor a poco. Estar presente en un concierto o recital no se puede comparar con el hecho de verlo por el celular o la pantalla de la compu. Y el artista también necesita del público. En ese sentido, de a poco se va recuperando la normalidad. Nos llevó casi dos años. Ojalá que todo el tiempo trascurrido no haya sido en vano, porque muchos seres queridos se quedaron en el camino al contraer el virus. Varios países de Europa oriental (Hungría, Rumania, Bulgaria, República checa), aún no pudieron controlar este desastre. 

En lo que a nuestra realidad respecta, insisto en que depende mucho de nosotros que no vuelva a ocurrir algo semejante y que nos cambió la vida para siempre, porque aquel que suponga que en determinado momento volveremos a ser los mismos, no entendió nada. Punto final.

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