25 de abril de 2022

El tiempo no siempre está a tu favor

Por un momento, dejo de lado temas de actualidad para madurar una serie de ideas que hace tiempo me propuse darles forma. Hay muchas cosas que bien pueden considerarse "una pérdida de tiempo". Una de ellas, es permanecer varias horas en una conversación con alguien que no va a ningún lado, y cuando finalmente termina, sentís que fue un diálogo de sordos, no te aporta nada. Podríamos agregar el tiempo que se nos escurre de las manos en las colas de supermercados y cajeros bancarios, pero eso lo sabe todo el mundo. Leer un libro solamente porque alguien te lo recomendó o porque tiene buena prensa, y que es un tedio. Lo mismo cabe con las películas. Cualquier largometraje que dure más de 2 horas, representa mucho tiempo para mí, puede que esté bueno y que valga la pena esa extensión, pero la duración estándar es de 90 minutos y en ese lapso una historia bien construida puede resolverse sin grandes complicaciones para el director. 

Con la música, es distinto. No me fastidia escuchar una típica canción punk de los Ramones que dura 1:50, y una de Pink Floyd o la banda que fuere, que sea de 10 minutos. Pienso que el virtuosismo o el talento no están ligados al tiempo de una canción cualquiera, y estoy hablando de música popular, porque no tengo mucho conocimiento de lo clásico. Cuando los músicos se proponen grabar un disco y entran al estudio, se supone que ya tienen un idea de lo que van a hacer, aunque con los hechos consumados, resulte un fracaso comercial. Están quienes ya saben de antemano que lo que hagan, por su carácter experimental, no tendrá aceptación en el público masivo, y lo hacen igual.

Y en el laburo, uno tiene la impresión de que la gente tampoco está para boludeces o trámites innecesarios. Cada vez que escribo una nota, trato de que su comprensión sea lo más clara posible, tanto para mí como para el lector al cual me estoy dirigiendo. Hay cuestiones que ya de por sí son complejas de explicar, pero en todo caso le pongo esfuerzo para que sea comprensible. En una conferencia de prensa, hay que rescatar lo esencial, porque no vale la pena desgrabar 15 minutos de audio ya que, cuando ves la transcripción, las declaraciones de los funcionarios o autoridades en cuestión abundan en reiteraciones o en detalles superfluos. Pero en la vida no todo es diversión, y menos cuando se trata de trabajo. Los largos discursos aburren a la gente, y es natural, pero no deja de ser lo que otro dijo, y no se puede publicar una página en blanco. 

Cuando tenés que tomar una decisión que va a afectar tu economía o tus intereses personales, ahí es donde el tiempo tiene una gravitación real. Cada persona lo analizará a su manera, viendo los posibles riesgos y ventajas, para luego decidir, aunque a veces no tengamos demasiado margen para ello. Claro que hay situaciones donde no queda otra que jugársela y saltar sin red, pero esos saltos al vacío son frecuentes cuando estás entre la espada y la pared. Si te sale bien, el mérito es exclusivamente tuyo, y si no es así, el responsable del fracaso también vas a ser vos. ¿A quién vas a culpar? No tiene sentido hacerlo. Tampoco sirve enroscarse en un problema que nos excede totalmente, por más que nos afecte.

La mayoría de nosotros siente que va a contramano del reloj, cuando dispone de poco tiempo para su familia y o sus amigos, porque en muchos casos las horas dedicadas al trabajo no dejan espacio más que para comer y dormir. Hay muchos compromisos familiares en los que nos gustaría estar, pero no nos alcanza el día para cumplir con todo, y con todos. Por eso a muchos padres les pasa que, cuando se dan cuenta, sus hijos ya crecieron dentro de un contexto donde la ausencia de ambos fue algo que ellos incorporaron y aceptaron. Si no estás disponible para tus hijos, ¿Para quién, entonces? No lo sé, me lo pregunto con frecuencia, quizás sea fácil para mí reflexionar de ese modo porque no tengo hijos, y no he vivido la experiencia de su crianza. Lo único que puedo afirmar, es que mis padres siempre estuvieron y están presentes, y que hoy no siempre ocurre lo mismo cuando lo único que se persigue como objetivo es un ascenso jerárquico o llegar a fin de mes. La guita se puede recuperar, pero el tiempo, francamente no. Habrá que replantearse la agenda, para no tener la percepción de que siempre vamos corriendo detrás del último vagón. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

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