24 de septiembre de 2023

Apuntes del fin de semana

 

Un fin de semana de intensa actividad en la ciudad. Es muy particular lo que sucede en Lobos, ya que 7 días atrás había poco y nada, y de buenas a primeras parecería como si todos se pusieran de acuerdo para hacer algo (cultural o deportivo) casi a la misma hora. Más allá de lo periodístico, trato de disfrutar mínimamente de lo que veo en cada lugar donde voy. Empecé a darme cuenta de que me dedicaba a hacer mi trabajo pero que no tomaba dimensión de lo que estaba presenciando. Me pasó el año pasado, en los festejos por la Final del Mundial. Era un momento único, irrepetible, y sentí que yo me lo estaba perdiendo por transmitir un video en vivo. Por otra parte, había cientos de lobenses haciendo videos por doquier, de manera que tampoco tenía mucho sentido. Pero bueno, son cosas que se van aprendiendo con el tiempo. 

Si voy a una exposición de arte, aunque deba hacer una nota o un reportaje, no está nada mal apreciar los cuadros, indagar en lo que el artista quiso expresar con cada trazo. Todo ello, claro está, es lo que indica la razón, pero cuando tenés la presión de estar en varios lugares casi simultáneamente, no tenés mucho margen para lo que acabo de explicar.

Por otra parte, con la campaña política a todo vapor, todo lo que se pueda hacer fuera de los actos proselitistas nos hace bien, entiendo yo, tanto a mí como al resto de los vecinos. Cuando llegue el momento, se votará y listo. Aventurar un resultado, viendo lo que ocurrió en las PASO, configura el riesgo de quedar en ridículo ante la opinión pública, al no prever variables que van más allá de la economía.

Pase lo que pase, habrá un ganador (al menos en el orden local), y si hay balotaje, habrá que votar por tercera vez, lo cual es un gasto y un desgaste innecesario en la impresión de boletas y todo el despliegue que significa un acto eleccionario. No deberían existir ni las PASO, ni la segunda vuelta. De esa manera habría una sola elección para definir los cargos en pugna. Pero dudo que eso vaya a cambiar, además de que el balotaje se introdujo en la reforma de la Constitución de 1994. Cosas que uno no logra comprender, más allá de que eran otras épocas. 

Ayer cubrí la primera fecha de “Rock al Parque” 2023, un evento que siempre congrega buena cantidad de público. El sábado los organizadores lograron zafar del mal tiempo, se la jugaron y salió bien. Sería una pena que se complique este domingo, porque ya está todo listo, el escenario armado, y la delimitación de los espacios para el público y los músicos. Hay que hacerlo igual, excepto que llueva de un modo persistente, porque hasta ahora han caído unas pocas gotas. Indudablemente, aquellos que se sienten atraídos por esta propuesta van a ir de todas maneras.

 Hoy fue un día tranquilo. Quizás, recapitulando, no han faltado hechos que por lo general me provocarían preocupación, pero como me sentía mejor predispuesto y ya sin ganas de quejarme, me aburrí de renegar conmigo mismo. Me limité a hacer mi trabajo. No fui al bar ni a ninguno de los lugares de distensión habituales. Tengo que cuidar el mango, como cualquier asalariado, entonces como siempre hay yerba en casa, tomé mate. Si de vez en cuando pago por un café, no lo hago solo por esta bebida en sí, sino porque me pongo a conversar con la gente que ya sé que va a ese lugar, y le esquivo a cualquier discusión política, por supuesto. Claro que, cuando hacés números, el sólo hecho de tomar un "cortado" por día implica un gasto considerable a lo largo del mes. Por no mencionar un atado de cigarrillos. Ambas cosas son prescindibles, por supuesto que lo sé, pero es cuestión de adaptarse a una rutina más gasolera.

 Antes de dormir, probablemente voy a dedicar 15 minutos a ver las noticias, y luego ya doy por concluido el uso diario del televisor (que son esos mismos 15 minutos). Hay muchas tonterías que me terminaron por hartar, de manera que ya las descarto dentro de lo que me puede llegar a preocupar. Es una medida de autoprotección, de no convertirme en un imán al que se le pegan todas las emociones negativas. No planifico demasiado, porque cuando te hacés una idea sobre cosas que no terminan plasmándose en la realidad, es frustrante. Y la realidad no es sólo lo que vemos, también es lo que sentimos. Cada uno tendrá sus prioridades, y por lo tanto, sabe lo que considera prioritario y que merece ser foco de su atención. La familia, la salud, la economía doméstica, los amigos, y no mucho más. Todo lo que esté fuera de esa burbuja, no reviste mayor interés.

 Cuando menos esperás de los demás, mejor te sentís. Es bueno no esperar demasiado de nadie, ni siquiera de los amigos. Lo que ellos te puedan dar, será porque te aprecian y valoran tu amistad, y eso llega por añadidura, es sabido que en una determinada instancia uno retribuirá el gesto. Pero carece de sentido ejercer una presión para que el resto de la sociedad actúe conforme a tus intereses. El resto de la gente hace su vida y no tiene vinculación con la tuya. Parece obvio, pero he visto a varios sujetos por ahí que se creen influyentes. Ahora bien, puedo afirmar esto porque me encuentro en un estado de ánimo que me permite reflexionar, pero todos tenemos días que aparece un problema tras otro y se vuelven interminables. Todos tenemos noches de desvelo. Todos tenemos pulsiones y actuamos en función de ellas, sin detenernos a pensar. La intuición no es una ciencia, ni algo infalible. Hay que actuar en base a evidencias, no a supuestos, porque no es sano intentar predecir todo el tiempo cómo reaccionará el otro. Nos estamos viendo pronto. Punto final.


No hay comentarios.:

Costillas

En los últimos meses tuvimos cuatro invasiones consecutivas de mosquitos, algo que entraría en el terreno de lo anecdótico, pero que trae nu...