19 de septiembre de 2023

Libros

 Hacía tiempo que quería reencontrarme con los lectores en este espacio, en este humilde blog, pero me surgieron complicaciones. En muchos casos es uno mismo quien se termina complicando sin la injerencia de terceros, porque se le da demasiada rosca a decisiones que bien podrían haberse resuelto sin tantos preámbulos. Pero eso sí: Con las fallas informáticas no se puede lidiar, y cuando no podés publicar tu contenido de forma óptima, hay que destinar el plazo que sea necesario a resolverlas. 

Había comenzado la escritura de un cuento durante los últimos días, pero quedó por la mitad y debería enfocarme en el meollo de lo que pretendo expresar para ir dándole forma. Estimo que, si logro finalizarlo, ya estarán completos todos los manuscritos que me interesa publicar como libro. 

Cuando leés a los grandes escritores, te das cuenta de que nunca lograrás alcanzarlos. Es como si un boxeador en ascenso quiera ser Mike Tyson. En el mejor de los casos podrás adoptar su estilo, pero mi percepción de un escritor es que tiene valor literario superlativo cuando cada palabra encaja a la perfección. Me ha pasado leyendo a García Márquez, que es casi indiscutible, pero la lectura se vuelve farragosa cuando hay demasiados adjetivos que el autor utilizó para darle colorido al relato, pero que son prescindibles. Por ejemplo, "El amor en los tiempos de cólera": Nadie puede negar que está bien narrado, pero con haber hojeado 200 páginas ya intuís más o menos cómo va a seguir la historia, es una novela romántica. Aun así, mérito que tiene es que logra despojarse del tufillo de una "novela rosa" que hasta el día de hoy tiene un público mayormente femenino. Por otra parte, bien podría considerarse una novela histórica. 

En tal sentido, lo que he notado es que tanto esas descripciones minuciosas del Caribe de antaño como la singularidad que aporta ese visión particular de amor en el transcurso de los años, me dan pie para afirmar que García Márquez se nutrió de ambos recursos para ese libro. "Pintó su aldea", como suele decirse. Todo lo que vino después y que acentuó esa tendencia, es precisamente lo que hoy (a mi modo de ver) le quita interés a una obra que en 1985 fue aclamada por la crítica. Si tenemos en cuenta que la edición de bolsillo supera las 500 páginas, es poco probable que alguien tenga entusiasmo por emprender una relectura, de principio a fin. El cuento no tiene eso, por ese motivo no sólo los escribo sino que además los prefiero. Por supuesto, es más breve, pero un ejemplar que esté compuesto íntegramente por relatos permite que vuelvas a leer un cuento específico, el que considerás que está mejor concebido por su autor. 

Lobos tiene buenos escritores, no sé si soy uno de ellos, porque hasta ahora sólo publiqué una vez y cuando pueda concretar la siguiente, yo mismo me daré cuenta si pude evolucionar. Leyendo los borradores, siento que sí, más allá de la recepción que tendrán. Pero a nivel macro, no me parece atinado poner en un pedestal a un cantante, a un artista plástico, o a un escritor, sólo por el hecho de que obtuvieron reconocimiento y éxito masivo, porque esa gente da la sensación de vivir de glorias pasadas, de lo que fueron, más de lo que representan hoy. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 


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