Desde que este
blog nació, hace ya 20 años, he escrito sobre diversos temas. Algunos
relacionados con el acontecer local, otros sobre la política nacional, en alguna
ocasión sobre economía o espectáculos… Pero, pese a ello, no fue pensado como
un espacio periodístico. Es posible que haya textos bastante
autorreferenciales, donde me refiero a mis impresiones y sensaciones sobre la
vida cotidiana. También podrán encontrar notas que bien podrían haber sido
publicadas en un medio de prensa, como columnas de opinión. Sea como fuere, lo
que siempre he priorizado es tener algo interesante para decir. Sin eso, no hay
nada.
La vida consiste
en plantearse objetivos, preguntarse una y otra vez qué tan lejos queremos
llegar. En una empresa, hay tres conceptos que la definen: Misión, Visión, y
Valores. Y en el devenir de cada uno, es muy similar. Los valores nos indican
cómo elegimos transitar el camino. Lo ideal sería hacerlo sin joder a nadie y
sin pretender pisarle la cabeza al prójimo para imponerse. Pero sabemos que no
siempre es así y que nos encontramos ante múltiples dificultades, con gente que
no mide escrúpulos para escalar posiciones. Los famosos trepadores, que abundan
por todas partes. El intercambio de favores o el tráfico de influencias está a
la orden del día para aquellos que sólo buscan obtener un provecho personal. Yo
sostengo que la única manera digna de avanzar es dando paso a paso. Nos podemos
equivocar, pero el impacto será más fácil de mitigar si evitamos apresurarnos y
quemar etapas. Debemos aferrarnos al destino que nos tocó en suerte y defender
ese lugar que nos depara el futuro. Para mí, darle continuidad a este blog es
todo un desafío, porque cuando comencé con el proyecto nunca imaginé que iba a
trascender mi propia voluntad. Me refiero a la voluntad de escribir. A veces no
estoy muy inspirado, pero nunca falta un disparador que me traiga a colación un
tema para desarrollar.
Siempre es un
desafío ampliar la mirada, no quedarse en el chiquitaje, profundizar ideas,
descubrir las causas de los fenómenos que impactan en la sociedad. Si sólo nos
quedamos con lo que nos salta a la vista en primera instancia, estaríamos
haciendo un análisis meramente superficial. Nos toca vivir tiempos complejos,
con caída del consumo, recesión, despidos masivos, falta de oportunidades.
Antes, al menos, la gente podía gastar, había plata en el bolsillo, y aunque
ahora hayan logrado reducir la inflación, el consumo de alimentos y bebidas no
repuntó, todo lo contrario. Arrastra una caída que afecta a los lácteos y a la
carne, dos productos fundamentales para la mesa familiar que se vuelven casi
imposibles de comprar a diario. No sé de qué forma el INDEC mide la inflación,
pero lo que yo puedo asegurar es que cuando voy al almacén cada dos o tres
semanas, noto un aumento promedio del 10 % en los precios al público. Ya hemos
hablado aquí también de los alquileres, el drama de muchas familias que mes a
mes deben juntar el dinero para no caer en la morosidad o (en el peor de los
casos) ser desalojados. Por otra parte, adquirir un terreno implica un
desembolso de alrededor de 10.000 dólares como valor mínimo, que no está al
alcance de cualquiera. Si los sueldos fueran más altos, se podría ahorrar, pero
hoy con el solo hecho de subsistir y llegar a fin de mes te podés dar por
satisfecho.
Ni siquiera hacen
un esfuerzo por disimular su falta de tacto y de sensibilidad social. La
brutalidad y la desmesura es lo que los distingue. Muchas personas fueron
cesanteadas sin motivo, las historias se repiten a diario. El ensañamiento se
centra en aquellos que fueron designados durante el gobierno anterior, como si
eso fuera un sacrilegio. Están haciendo un culto del desmantelamiento de la
administración pública, algo con lo cual no estoy de acuerdo. El año pasado,
como recordarán, consiguieron la sanción de la Ley Bases, que sólo trajo
consigo más exclusión y miseria. A decir verdad, yo siempre he sido crítico de
todos los gobiernos porque desde que tengo uso de razón, ninguno colmó mis
expectativas. Todos arrancan más o menos bien, con envión, pero al cabo de un
año o dos ya empiezan a dar señales de agotamiento, a currar y a chorear. Son
incorregibles, no sólo los peronistas a decir de Borges, sino todos los que han
pasado en los últimos 40 años. Incluso los más decentes en términos de ética
pública, como el de Alfonsín, han tenido que irse antes de tiempo porque
dejaron el país al borde del colapso económico. El único que la hizo bien fue
Menem: Nos engatusó con el “1 a 1”, pero estaba lleno de corruptos y el Turco
dejó la mecha encendida antes de dejar el poder luego de 10 años de
permanencia.
Esa decepción de
la ciudadanía ante sucesivas frustraciones es lo que explica el triunfo
electoral de LLA y la deserción de figuras del PRO hacia el partido libertario.
Por otra parte, como ustedes sabrán, el Gobernador Kicillof ya lanzó su proyecto
político para 2027. Creo que se equivocó, ya que es muy prematuro para una
precandidatura y a la larga le ocasionará un mayor desgaste sostenerla. Todavía
no hemos votado para las legislativas de este año y el Kichi ya saltó del
trampolín en medio de la puja con Cristina. Le falta un armado territorial. ¿Quién
lo conoce a Kicillof en Jujuy o en Tierra del Fuego? Tendrá que hacer un gran
esfuerzo para sostener esa aspiración, cuando otros ya tienen ese camino
recorrido. Es un Gobernador que dice representar a los sectores jóvenes, a la
renovación del peronismo, pero lo cierto es que cada uno que viene con aires de
renovación termina siendo más de lo mismo. Manejar los destinos de la provincia
más rica del país es muy distinto a hacerlo en toda su extensión. Sea como
fuere, se vienen tiempos de cambio. Nadie puede ser tan necio para afirmar con
certeza que el ciclo de Cristina como conductora del PJ está terminado. No
estoy diciendo lo que yo quisiera, sino lo que es. CFK es una figura que
polariza al electorado, pero que en los últimos años sigue cosechando la
adhesión de la militancia. Habrá que ver, entonces, cómo se las arregla
Kicillof para patear el tablero y garantizarse a sí mismo ser un presidenciable
con autonomía. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
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