Cuando las cosas
no salen bien, siempre queda el consuelo de pensar que el día siguiente será
mejor. Es un tiempo de revancha, como reza el título de la conocida película
del cine nacional. Lo principal es deslindar responsabilidades, ser conscientes
de si el mal trago fue culpa o negligencia nuestra, o si tiene que ver con
factores externos. La mayoría de las veces es un combo de ambos. Yo lo que
puedo decir es que no me interesa la opinión de los demás si sé que voy por la
senda correcta. Por supuesto, escucho a mis amigos, a mi familia y seres
queridos. Ellos son incondicionales, siempre están, y esa fiel permanencia es
lo que les otorga un valor especial en mi vida.
Ayer grabé un
programa para la tele y estoy satisfecho con el resultado. Noté que estaba más
suelto, más tranquilo, pude manejar mejor los tiempos. El invitado tenía ganas
de hablar y eso siempre ayuda. Ahora hay que armar una grilla o agenda para
definir próximos participantes, procurando no repetir ninguno. No es fácil, si
tenemos en cuenta que hace 6 años que estoy en el aire. Pero no se pierde nada
con el intento. Noticias de Lobos no abundan, ya terminó Semana Santa pero
parece que algunos se quedaron colgados de los feriados y siguieron con la
joda.
Dicho esto, a veces me pregunto
qué sentido tiene contar con un Concejo Deliberante cuando el Ejecutivo veta
las modificaciones que hacen los ediles a las ordenanzas. Estamos tirando la
plata si seguimos así. Vivimos en una autocracia, donde el HCD no tiene
capacidad para legislar de un modo independiente, ya que si hay algo que no le
gusta al Intendente, es rechazado. La problemática del agua con arsénico
trasciende varios gobiernos, y nadie le ha encontrado solución hasta ahora. O a
pocos les importa involucrarse, del mismo modo que con las fumigaciones con
drones que envenenan a los vecinos de las cercanías, porque no se respeta un
rango de restricción de 1.000 metros o más tomando como referencia la
proximidad de viviendas de la zona. Hablemos del escándalo que las fotomultas
truchas. Si el Intendente no tiene nada que esconder, ¿por qué no acepta
voluntariamente ser interpelado y responder las preguntas de los ediles? Anoche
hubo sesión y resulta que se votó para dirimir esta cuestión, siendo el
oficialismo el que impuso su mayoría para impedirla. Hubiera sido un gran gesto
que todos los concejales se pusieran de acuerdo para que Etcheverry se presente
en el recinto y brinde las explicaciones del caso. No es un tema menor que te
llegue una multa carísima por haber cruzado en verde. Es una burrada total, una
burla al sentido común. Parece que a algunos concejales todo este turbio
entramado los tiene sin cuidado, seguramente porque ellos no han recibido
ninguna multa y sólo piensan en cuidar su quintita. Es necesario mejorar la
calidad institucional en todos los sentidos.
Y como dije
antes, si no hay nada que ocultar ni esconder, el propio mandatario local
debería haber concurrido al Concejo para esclarecer las dudas que existen en la
comunidad y de las que se hicieron eco nuestros representantes. La ciudad
adolece de numerosas anomalías y falta de mantenimiento. Tercerizar el servicio
de barrido es un grave error, porque se está delegando en una empresa privada
un servicio que es potestad municipal. Hay mugre por todas partes, pozos,
baches en las calles, ramas que nadie recoge, aguas servidas, olores
nauseabundos, árboles secos en el parque y en las plazas, desagües llenos de
basura, resaltos sin señalizar, y todo eso que estoy mencionando alguien lo tiene
que haber visto, no creo ser el único. Si yo lo veo a diario, con mucha más
razón tendrían que poner manos a la obra los funcionarios de Obras Públicas o
del área que fuere. Ahora están trabajando en la Plaza 1810 colocando alfajías,
que son los listones de madera que delimitan el césped. Pero al parecer, nadie
se dio cuenta de que faltan baldosas, de que esos huecos se llenan de agua ante
la menor precipitación, esculturas con pintura descascarada, y desde su
reinauguración en 2005 nadie se preocupó en serio por embellecer el principal
atractivo que tiene la ciudad para el turista que recién llega a Lobos, o mejor
dicho, lo primero que se ve al estar ubicada en pleno centro. Hay que observar
cada detalle que permita realzar los espacios públicos, como los playones
deportivos de la gestión Sobrero que hoy están sumidos en el abandono, con los
aros de basquet oxidados o lisa y llanamente inexistentes, apenas queda en pie
un cuadrado de madera donde da la impresión de que han sido arrancados de
cuajo. No se necesita un presupuesto abultado para este tipo de reparaciones.
Si se los deja venir abajo a estos espacios, luego costará mucho más
arreglarlos. Al vandalismo hay que combatirlo con la reposición de los
elementos faltantes, no bajando los brazos. Si la gente se roba las parrillas
que están en los fogones del Parque –por citar un ejemplo-, ello no significa
que haya que dejar todo abandonado a la buena de Dios. Y otra cosa: No pueden
cobrar un monto excesivo por el uso de las parrillas de la Laguna, siendo que
su construcción y calidad es pésima, son apenas columnas y montículos de
hormigón que dan pena y vergüenza ajena por su deficiente aspecto. Quien quiera
oír que oiga. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
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