21 de junio de 2009

Crónicas de un domingo gris en Lobos

Hoy comienza "oficialmente" el invierno en el Hemisferio Sur, aunque ya hace al menos un mes que venimos padeciendo bajas temperaturas. Estamos entrando en la última semana antes de las elecciones, la recta final de un proceso vergonzoso que debería ser un acto cívico de profundo compromiso para todo. Unos comicios de renovación de bancas legislativas como ocurre cada dos años, no una apuesta voraz por el poder, un juego perverso al "todo o nada".
Sinceramente ya no me importa un carajo quién gane o quien pierda, solamente quiero borrar de mi mente los afiches, las pancartas, las boletas, los spots publicitarios, los candidatos besando niños y metiéndose en el barro para demostrar "que son como ellos", y todas las bajezas que tiene la política en la Argentina. Ansío que llegue de una vez "el día después", el 29 de junio, que se ponga punto final a este bochorno y que todo vuelva a la normalidad, aunque hablar de "normalidad" en este país es casi un eufemismo e implica aludir al estado de convulsión permanente que nos hemos acostumbrado a sobrellevar, donde predomina la ley de la selva, no la que está escrita en los libros, en el Código Penal o en el Código Civil.

A su vez, en este domingo gris se celebra en Argentina el Día del Padre, fecha que ha sido instituida con una clara finalidad comercial (del mismo modo que sucede con el Día del Niño y tantas otras). No voy a caer en el lugar común de decir que "todos los días son el Día del Padre", simplemente sostengo la actitud miserable e hipócrita de los hijos que se sienten redimidos o creen cumplir con algún mandato moral por visitar a su padre (a quien dejaron prolijamente recluido en un asilo de ancianos) en un día como hoy. Desde tiempos remotos, padres e hijos han mantenido una relación que oscila de acuerdo a las edades de ambos, que condicionan el juicio de valor de uno sobre otro . Uno no ve a su padre de la misma manera cuando es un niño que cuando es un adolescente, y es natural que así sea.

Anoche me dormí escuchando viejos programas de Dolina que descargué en el I-Pod, y viendo el DVD de "Live Earth", el megaconcierto en defensa del medio ambiente que se llevó a cabo en distintas partes del mundo el 7 de julio de 2007. Más allá de que el mundo sigue girando y está más podrido que nunca, la intención de los organizadores fue buena (juntar a un puñado de artistas conocidos, vender tickets para los conciertos, y como resultado final venderte el CD y el DVD que testimonia dichos conciertos).

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