23 de noviembre de 2009

Día de gimnasio y de humedad

Un día húmedo y pesado en la ciudad. Comienza la semana, y como suele suceder, es momento de fijarse metas (el típico mantra suele ser: "el lunes empiezo"), o de dar por concluidos determinados ciclos. Hoy fui al gimnasio para despuntar el vicio de correr un poco y tonificar mi cuerpo, pero me está empezando a aburrir. Además, a veces hay que esperar demasiado tiempo para usar uno de los aparatos, situación que se volverá más complicada a medida que se aproxime el verano y concurran más personas (sobre todo señoritas) con el deseo de bajar kilos rápidamente y tener una silueta estilizada para lucir en la playa o en la quinta. Yo no tengo esas ambiciones, de hecho cuando comencé a frecuentar el gimnasio lo hice para romper un poco con mi rutina diaria, pero muchas veces uno sale de una rutina para meterse en otra. Lo positivo de este lunes es que permanecí buena parte del día sin fumar, luego de varios meses en los que me encontraba encendiendo un cigarrillo casi sin darme cuenta. Reflexión Nº 1 para tener en cuenta: En términos generales, debemos reconocer que nos cuesta pensar que no todo es "el fin del mundo", que las cosas tienen solución, y que se puede salir adelante (planteo optimista). Si hay algo que nos provoca tedio o aburrimiento, seguramente podrá sustituirse por otra actividad que despierte nuestro interés. El asunto, claro está, es hallar en dicha actividad un espacio que seguramente había quedado vacante en nuestras vidas, y que podemos ocupar con algo que nos simplemente nos haga sentir bien.

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