3 de mayo de 2011

Entre la imaginación y la realidad

Ansiolíticos, antidepresivos...quién llegado a cierta edad no lo ha tomado alguna vez? En en las personas mayores donde se ve con más frecuencia que receten este tipo de medicación. Pero no es excluyente a esa franja etaria: Lo que ocurre, es que la realidad nos desborda de tal manera, que estamos en un estado de alteración permanente, nos acostamos recapitulando de un modo involuntario todo lo que hicimos durante el día y cuando finalmente nos dormimos, al día siguiente tenemos la sensación de no haber descansado. De no haber logrado ese sueño reparador y necesario para empezar la mañana con buen semblante.  

Hablando de bueyes perdidos: Podríamos suponer, ahora que se murió Bin Laden, que el mundo es un lugar más seguro, que se ha reestablecido la paz entre las naciones, que todos los hombres son tratados por igual, y siguiendo esa errónea forma de pensar podríamos derivar en desatinos aún mayores, como centrar el mal en la figura de una persona y librarnos de la responsabilidad que nos cabe por las miserias humanas que vemos a diario y que deberían darnos vergüenza como especie que se dice civilizada. 


No es irracional preguntarse si Bin Laden efectivamente está muerto, porque llega un punto en el cual uno empieza a dudar y a cuestionar todo lo que ve o escucha: si realmente es cierto, qué motivos habría para ocultar o distorsionar la información, y quién gana o pierde en este juego que no conoce escrúpulos con tal de obtener un rédito político. Muertos que no existen, evidencia que no aparece, contradicciones inexplicables, golpes de efecto mediáticos... al fin y al cabo, si Bin Laden yace en el fondo del mar o no, ese penoso suceso no cambiará el sentido ni el destino de nuestras vidas.

Pensemos en un país donde los trenes funcionen bien y lleguen a horario, donde no haya piquetes ni cortes de calles, donde los periodistas no sean presionados para ocultar la realidad, donde la inflación no exista o al menos no sea tan voraz con nuestros sueldos, pensemos en un lugar donde nos gustaría que nuestros hijos vivieran y tuvieran la capacidad de elegir por sí mismos su destino. Es más, podemos incluso pensar en un lugar cuya calidad de vida nos motive a concebir un hijo, con la convicción de que podrá crecer, estudiar y trabajar. Bajemos un poco a lo que nos toca vivir día a día en la Argentina 2011 y dejemos de hacer conjeturas sobre hechos cuyos pormenores probablemente nunca vamos a saber con certeza.

Cayéndose a pedazos

  Nos estamos cayendo a pedazos. Más allá de lo desastroso que es el gobierno de Milei, y que salta a la vista, hay otros aspectos a conside...