6 de diciembre de 2011

Martes a la hora de la siesta

Hola amigos, me encuentro actualizando el blog, y reflexionaba acerca de todo lo que, seguramente, nos queda por hacer a cada uno. Me refiero a todo lo que no pudimos concretar durante este 2011. Para mí no fue un gran año (debo decirlo), pero tampoco fue un desastre. Y hablando del tema con muchos amigos, me dijeron lo mismo, que fue un año de transición, que con todo esto de las elecciones habrá que ver qué pasa, cómo nos adaptamos a vivir con las nuevas reglas de juego que imponga el Gobierno. Desde luego, sería fácil culpar al Gobierno de todos nuestros males y no asumir nuestras falencias. Es evidente que no hicimos las cosas del todo bien en lo personal, dado que nos encontramos insatisfechos con este ciclo casi concluido. Pero estamos en la etapa pasatista del año: en el verano, la gente tiende a olvidarse de las cosas, a prepararse para las vacaciones, es decir, se busca la distensión. Y no está mal, pero la vida sigue. Y mientras algunos que ya tienen su situación económica resuelta viven en la comodidad, el resto tiene que seguirla remando. A veces nos cuesta pensar cómo cambiarían las cosas si dejáramos de esperar que los demás decidan por nosotros.

Y les digo que estamos acostumbrados a que los demás nos digan qué hacer, qué productos comprar, que música escuchar, qué cosas leer. La información disponible en Internet es infinita, pero la gente todavía prefiere los grandes diarios a los blogs. Yo frecuento bastante los blogs, porque tienen un estilo de redacción más fresco, son más espontáneos, y nos hacen reflexionar sobre boludeces que ni siquiera se nos había ocurrido imaginar. Que una persona escriba un texto sobre lo mal que lo pasó en una fiesta, o sobre un día de trabajo, es interesante, porque ese flaco que publicó ese post quiere compartir una parte de su vida con nosotros, aunque quizás nunca lo lleguemos a conocer. El ser anónimo en la Web da lugar a que la gente que putee entre sí en los foros, pero también permite que te puedas expresar y contar lo que te pasa sin sentirte tan expuesto. Dejémonos de joder un poco con Facebook y hagamos un esfuerzo por comunicarnos mejor. Punto final.

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  Martes por la noche en la ciudad. La verdad es que no estaba del todo convencido acerca de escribir algo hoy. Pero si voy a esperar a deja...