Se va terminando este 2012... un año que estuvo lejos de ser el mejor pero que tuvo una impronta de nuevos proyectos, de búsqueda... como todos saben, ya no son un pibe y el paso de los años inevitablemente hace que determinadas cosas te cuesten más, o que tengas esas mañas que antes uno creía que eran propias de los viejos. Hay días en que me veo, físicamente, mejor que otros, en los cinco o diez minutos que estoy en el baño lavándome las manos y me miro al espejo. La vida en sí misma es un viaje y nunca sabemos qué nos irá a deparar el destino. Yo creo que las cosas pasan por algo, pero también creo en el azar. Qué contradicción. ¿Difícil de entender, verdad? Es que a veces nos ocurren hechos imposibles de explicar, y ojo que no hablo de nada "paranormal". Me refiero a situaciones cotidianas que nos sorprenden y nos hacen reflexionar acerca de que esta sociedad no evoluciona. Todos viven pendientes del celular, de Twitter, de Facebook, de la boludez, de lo efímero. No digo que yo no lo haga, pero trato de trazarme un límite. Por ejemplo, si quiero entrar a las redes a subir una foto o lo que sea, busco hacerlo desde la notebook y no desde el celular. El resultado es el mismo, pero hay una diferencia en el hábito que vos estás ejerciendo, porque decidiste usar otro dispositivo. ¿Cuándo aprenderán varias personas a hacerse cargo de sus vidas antes de malgastar el tiempo en criticar a quienes sí hacen algo?
Otra pregunta retórica, digamos: ¿Qué sucederá en la Argentina si quienes nos gobiernan son unos inescrupulosos y cínicos que desconocen la realidad? Hay gente que vive en countries o en barrios privados y que nunca vio a un pobre, excepto por televisión. Están inmersos en una "burbuja", tienen sus propios colegios, clínicas, canchas de tenis, golf, y todo lo que uno pueda imaginarse. La pobreza y la marginalidad nos están llevando a una generación que tendrá una concepción muy diferente del mundo respecto de la que tuvimos nosotros. En fin, me puse a divagar y creo que me fui de tema, pero tengan presente que la paciencia de los sectores más vulnerables y desprotegidos tiene un límite. El pueblo no se deja dominar por fabuladores o déspotas. Ojalá alguien entienda el mensaje. Punto final.