13 de noviembre de 2012

Qué pasó después del 8-N?

Como todos saben, había una gran expectativa en la sociedad respecto de lo que podía suceder el 8 N. En rigor de verdad, más que pensar en la protesta, se especulaba en la reacción del Gobierno. Y, para decepción de los millones de personas de fueron con sus cacerolas a cuestas, desde el oficialismo se optó por descalificar, por agredir, por no reconocer los errores que propiciaron que esa marea humana se volcara a las calles de todo el país. La indiferencia irrita aún más, porque demuestra que no se tomó nota de los reclamos de la gente, que por otra parte tampoco son nuevos ni desconocidos para el propio Gobierno.

 Cada vez cuesta más conversar con una persona abiertamente kirchnerista, porque se cree un soldado en defensa del modelo, cuando en realidad no es más que un fundamentalista que no puede entender que el otro piense distinto. El remanido argumento del triunfo de Cristina por el 54 % está comenzando a desmoronarse, porque no le sirve ya para sostener las demandas de los argentinos, que son "aquí y ahora", no hace un año atrás cuando ganó las elecciones. Como dijo Bartolomé Mitre, "la victoria no da derechos". Yo le agregaría que, por el contrario, genera al ganador más obligaciones, redoblar el compromiso, y darnos cuenta de que el tan famoso "odio" es de ambas partes. Argentina fue uno de los primeros países de América Latina en contar con un nicho social denominado "clase media", que se va diluyendo cada vez más. Ahora sólo quedan los pobres y los que tienen mucha guita. Los demás luchan por no perder lo poco o mucho que supieron conseguir. Punto final (y abrupto) para este post.

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...