12 de febrero de 2013

Light, cero, dietético, o como sea!

Martes por la noche en la ciudad. Casi sin darme cuenta, he comprobado con preocupación cómo me he vuelto más gordo y perezoso. La balanza no miente: estoy 10 kilos por encima de mi peso normal. Justamente me sucede esto a mí, que me jactaba de  poder comer de todo sin engordar. Conservé una figura estilizada durante años, hasta que la ansiedad me jugó una mala pasada y me incitó a comer cada vez en cantidades más abundantes. De todas maneras, tampoco vayan a creer estoy hecho un bofe: simplemente tengo que empezar a desintoxicar mi cuerpo, comer más sano, y hacer actividad física. Desde hace varios días estoy yendo al Parque o a la Plaza Tucumán a caminar, a pesar de que con las temperaturas agobiantes del verano dan ganas de quedarse sentado en el living con el ventilador y el control remoto de la tele. Pero algo tengo que hacer, no me voy a dejar venir abajo. No voy a negar que será difícil resistirse a un asado con papas fritas, por ejemplo, pero si no cambio la alimentación mi peso seguirá subiendo. Lamentablemente, no me gustan ni las frutas ni las verduras. Pero, pese a todo, de vez en cuando acompaño alguna comida con una ensalada. 

Uno comienza a notar que algo raro está sucediendo cuando la ropa queda chica: las remeras te llegan al ombligo y los jeans aprietan demasiado. Son señales de que nuestro cuerpo ha cambiado, y claramente, más voluminoso, razón por la cual hasta que llegue el momento en que una dieta o una rutina de ejercicios dé resultado, las prendas que solíamos usar ya no nos sirven. Pensé en ir al gimnasio, pero voy a esperar a que afloje un poco el calor para decidir qué hago, porque transpiro muchísimo en un ambiente cerrado o poco ventilado. 

En fin, lo tomo como una excelente lección para quienes en alguna ocasión (y me incluyo) se burlaron de una persona  "gordita", o con sobrepeso: Nadie está exento de convertirse en un potencial obeso. De hecho, cuando entramos en la adultez, las posibilidades se incrementan aún más, porque tendemos a adoptar hábitos sedentarios y abandonamos la actividad física de la adolescencia. No sé si podré volver a mi peso normal, pero al menos espero no seguir aumentando. Punto final. 


Un recinto que hace rato dejó de ser “honorable”

  Nuevamente, nuestros concejales han protagonizado un lamentable espectáculo al enfrentarse con duros epítetos y con amenazas de agresión f...