Viernes por la tarde en la ciudad. Es llamativo cómo ya casi nadie habla en los medios de los estragos que provocaron las inundaciones. Claro, como bajó el agua y ya todos nos sentimos reconfortados con ese baño colectivo de solidaridad, el tema ya no le interesa a nadie. Por supuesto, nada garantiza que la catástrofe no se repita en los meses sucesivos. Los medios (oficialistas o no) instalan un tema y machacan con eso hasta el hartazgo, y desaparece como si nada hubiera sucedido cuando surge otro hecho que genera más morbo o rating. En un año electoral, hasta la Presidenta se puso las botas de goma para estar cerca del "pueblo", los muchachos de La Cámpora salieron de sus aposentos para repartir donaciones, y las miserias de la política quedaron al desnudo. Los argentinos estamos acostumbrados a estos golpes de efecto. Sin embargo, con respecto a la Presidenta, debemos ser honestos: si no hubiera ido, la hubieran criticado ferozmente. Y por haber ido, también recibió reproches. Tampoco sabemos bien qué esperar de nuestros dirigentes, me da esa sensación. Y por un momento me detengo a pensar en lo que está sucediendo en Venezuela, donde la campaña política es un mamarracho. Nicolás Maduro, que de maduro no tiene nada, aseguró que "el espíritu de Chávez" habló con él y como prueba de ello se puso un sombrero con un pájaro en la cabeza. El candidato opositor, Henrique Capriles, reparte gorritas con los colores de Venezuela al final de cada acto. Si tuviera que elegir, me gustaría que ganara Capriles, porque me tomé el trabajo de escuchar las entrevistas que le hicieron y parece un poco más centrado que la horda chavista. La cosa es que Maradona embolsó unos buenos billetes por estar en el cierre de campaña de Maduro, y ni se molestó en tomarse un avión a Buenos Aires para conocer a su hijo. Qué fácil hacen la plata algunos, ¿verdad? Con ser siempre oficialista, hacer "jueguito" con la pelota, y saludar a la multitud en Caracas, el ex número 10 de la Selección se llevó unos cuantos petrodólares.
Mientras tanto, en este rincón del mundo, seguimos esperando que alguien nos explique por qué la oposición es incapaz de hacer algo para romper la hegemonía kirchnerista. Ya llevamos 10 años y en todo este tiempo han fracasado en las urnas de una manera categórica. Yo no estoy a favor de este Gobierno, pero tampoco pienso regalar mi voto a cualquier miembro de la oposición que no plantee seriamente un cambio. De lo contrario, seguiremos como estamos, hasta que algún "iluminado" con un poco de carisma y sentido común nos rescate de esta ciénaga. Punto final.
Disco recomendado del día: Macy Gray, "Talking book" (2012, Random Records)
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12 de abril de 2013
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