22 de abril de 2013

La televisión que se vuelve un bumerang peligroso

Con el tiempo fui cambiando mis hábitos, mis gustos, mi manera de pensar. Lo noto bastante cuando veo televisión. Ya hace tiempo que no frecuento las series de los canales Sony y Warner,  por ejemplo. El formato de la "sitcom" americana me parece que está agotado, de hecho creo que los últimos productos decentes que vi fueron "Friends" y "Seinfeld", y estamos hablando de series que dejaron de grabarse hace más de 15 años. Uno busca naturalmente historias con las cuales pueda sentirse identificado, quizás por eso en la TV el género ficción tiene tantos vericuetos para concebir un producto exitoso. La modo de vivir de los yanquis es muy diferente al nuestro, y es por ello que en las series que provienen de EE. UU. hay cosas que no nos terminan de cerrar, porque son totalmente ajenas a nuestra realidad. Latinoamérica misma es tan diversa que muchas veces no entendemos el humor mexicano o chileno, por citar dos casos. Quienes alguna vez buceamos en el cable los canales internacionales, nos encontramos con distintas maneras de pensar la televisión. Una de las cosas que siempre admiré han sido los noticieros de otros países. No son sensacionalistas, los conductores no dicen boludeces al aire o subestiman al espectador buscando su complicidad. Simplemente, cumplen con la función para la cual existen, que es la de informar, difundir noticias, sin añadir comentarios o apreciaciones personales. El Telediario de la Televisión Española (TVE), es uno de los mejores ejemplos de lo que acabo de exponer. Los hechos son presentados tal como ocurrieron, sin adjetivos desmesurados, sin "exclusivas", "primicias", ni "último momento". Las noticias van pasando con el correr de los minutos, y punto. No hay demasiado que agregar más que lo necesario para ir de un tema a otro. No hay periodistas especializados en noticias policiales como aquí, y no es precisamente porque en Europa no haya delitos. Es otra forma de entender el periodismo, sin convertir a la noticia en un show. Qué lejos estamos de hacer un noticiero de calidad, y (lo que es peor) sólo hace falta un poco de sentido común para concretarlo.

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  Esta es la última nota que escribiré durante lo que resta de 2024, así que no abusaré de vuestra paciencia en la lectura.   En primer lu...