16 de julio de 2013

El valor de la amistad

Martes cálido y despejado en la ciudad. ¿Cómo va todo por allí? Por fin me dieron los tiempos para escribir un nuevo post. Esta semana tengo la visita de Pablo, un querido amigo de toda la vida, con quien compartí muchos gratos momentos y que actualmente vive en Puerto Madryn. Fue una excelente oportunidad para "ponernos al día" sobre nuestras vidas, porque si bien nos manteníamos comunicados por Facebook o por mensajes de texto, no es lo mismo que encontrarnos personalmente. Es por ello que estoy tratando de aprovechar todo el tiempo posible para estar con él sin descuidar mi trabajo. Muchas veces la vida nos pone frente a situaciones que no podemos resolver solos. Y un amigo que te conoce bien es el mejor consejero para tomar una decisión acertada. Por supuesto, no se agota solamente en eso, sino que en cada encuentro con un amigo la idea de lograr el mayor "feedback" posible, disfrutando de unos mates o de un café de por medio, recordando anécdotas, compartiendo nuevas experiencias. El contacto interpersonal es muy enriquecedor en todos los niveles. Cuando se trata de un amigo, a veces hay una tendencia a ser muy demandantes. Es decir, ponemos demasiadas expectativas en ese ser querido y le pedimos más de lo humanamente posible. De manera que es importante hallar un  equilibrio,  saber respetar los tiempos de cada uno, tener una mirada amplia de la cosas. Esto implica despojarnos de dogmatismos y prejuicios, porque es la única manera de hablar con franqueza. Vivimos tiempos en que muchos amigos de años se han distanciado por tener ideas políticas diferentes, lo cual nos da la pauta de hasta dónde llega el grado de confrontación que estamos palpando en el aire. Es fundamental, entonces, evitar temas que generen rispidez o discusiones innecesarias y centrarnos en hablar de nuestras vidas, que es lo más importante. Punto final.

Última nota de 2024: Para el baúl de los recuerdos

  Esta es la última nota que escribiré durante lo que resta de 2024, así que no abusaré de vuestra paciencia en la lectura.   En primer lu...