3 de marzo de 2019

Desunidos y dominados

Un país sumido en la pobreza, en la desilusión y el desencanto. Eso es lo que somos. El fervor macrista queda reservado a unos pocos, ya sea aquellos que pretenden tapar el sol con una mano, o bien quienes pretenden negar las desigualdades de una sociedad destruida. Como los anteriores, estos también "van por todo". No es que la crisis se originó como una consecuencia de desaciertos, sino que esta gente llegó al poder para hacer esto. El discurso del Presidente ante el Congreso podría tener asidero si fuera trasplantado a Perú, Uruguay o Chile, pero no para la Argentina 2019. Nadie sabe dónde están los 700.000 puestos de trabajo que supuestamente se crearon, si cada vez hay más argentinos desempleados, dispuestos a hacer cualquier laburo para que no les falte la comida a ellos y a sus hijos. Lo vemos en Facebook, donde se multiplican los pedidos de trabajo, se mandan currículums para alcanzar el milagro en medio de la adversidad, como una botella arrojada al mar. Una botella que nadie recogerá, porque no están dadas las condiciones para que una empresa o Pyme tome personal, si no hay producción. Cada vez se produce menos, porque el consumo se redujo considerablemente, por lo tanto no hay un mercado local que gaste lo que gastaba antes.

 Dicen que la tristeza es contagiosa, y vaya si lo es. Si caminás la calle y te detenés a observar el semblante de tus vecinos, te darás cuenta de que muchos están librando una lucha por sobrevivir, o en el mejor de los casos, por mantener su estilo de vida. Cada caso es diferente. La clase media ya casi no existe como tal, porque se empobreció y va cuesta abajo. Entonces la estrategia consiste en demonizar los 12 años previos, en los cuales obviamente hubo corrupción y mafias de todo tipo, en contraposición a esta "gente bien" que quiere parecer transparente y honesta. Cuando un nuevo Presidente asume, se propone mostrarse como lo opuesto a su antecesor, y adopta medidas económicas en tal sentido. En lo que a nosotros respecta, estamos pagando impuestos que se incrementan exponencialmente para vivir cada vez peor. Veo muchos comercios que tratan de ofrecer promociones como una forma de mantener un poco la clientela que supieron tener, con grandes carteles que dicen:"Liquidación total", "50 % de descuento", "fin de temporada", por citar algunos. Y es que para el rubro indumentaria, el fin de temporada se ha adelantado, ya que al no haber ventas tratan de recuperar la rentabilidad liquidando lo que les quedó en stock, sin vender. A veces pienso que vivimos en una eterna contradicción, sin saber realmente qué rumbo queremos tomar. Y lo que es más importante, qué costo estamos dispuestos a asumir por otorgar nuestro voto a determinado candidato. Es la única forma que tenemos de expresarnos, a través de las urnas, de manera que debemos dejar de lado viejos prejuicios e inclinar la balanza para que el tipo que resulte más idóneo se haga cargo de los destinos del país. Punto final. 

Última nota de 2024: Para el baúl de los recuerdos

  Esta es la última nota que escribiré durante lo que resta de 2024, así que no abusaré de vuestra paciencia en la lectura.   En primer lu...