14 de marzo de 2019

Yo siempre vuelvo...

Jueves por la noche en la ciudad. Ayer estaba con un humor de perros, porque se cayó Facebook y me impidió compartir las publicaciones de mi página. Tengo la necesidad de replicar el contenido publicado para que les sea más cómodo y fácil a los lectores acceder al mismo. No soy "adicto" a FB ni me desvela la red social, lo utilizo básicamente por mi trabajo y en algunas ocasiones subo fotos mías, pero son las menos. 

Conforme la situación se normalizó, pude ir compartiendo el material periodístico, que era abundante, y hasta tanto ello no sucedió me puse a emprender las tareas propias de un diario digital: editar las fotos, "pulir" los textos, procurar darles un enfoque atractivo. 

Pero eso no es todo, durante los días previos me ocurrieron distintas cosas que me cargaron de estrés y malestar, por ese motivo estuve un tiempo sin escribir un nuevo posteo por acá. La mayoria de las veces la gente no es culpable de tus problemas, te los buscás solo, o bien la ansiedad y la impaciencia ante la burocracia te causan bronca y hartazgo. Por ejemplo, lidiar con la obra social, reclamar que me reconozcan los medicamentos que consumo y que me hagan el reintegro como corresponde, y no es que estoy hablando de remedios caros que podrían justificar una demora. La mayoría de los que yo uso rondan los $ 500 (los que están en el vademécum, que parece una revistita), y yo pago el Monotributo puntualmente todos los meses para tener una cobertura mínima.

En mis ratos libres, me refugio en la música y en la lectura, que me entretienen y me cultivan un poco el intelecto, además de funcionar como un olvido transitorio para los malos tragos que te tocó atravesar  el resto del día. Por suerte, la mayoría de las veces prevalecen los buenos momentos, las mateadas, las cenas en familia.

 Retomando lo que venía comentándoles, me temo que cada vez más obras sociales estarán "cortadas", porque no les abonan a las farmacias y entonces estamos en un círculo vicioso. Cada vez más argentinos optaron por dejar de tomar su medicación, aún en detrimento de su salud, porque no pueden pagarla y el Estado no la proporciona. Y está claro que los formadores de precios son los laboratorios, la industria más poderosa del mundo junto con los fabricantes de armas. En fin, me puedo quedar tranquilo por el hecho de que por ahora gozo de buena salud y puedo trabajar, los años sucesivos los destinaré a ir ahorrando lo que pueda (que no es mucho), a fin de poder ver concretados determinados proyectos. Punto final. 

Cayéndose a pedazos

  Nos estamos cayendo a pedazos. Más allá de lo desastroso que es el gobierno de Milei, y que salta a la vista, hay otros aspectos a conside...