11 de mayo de 2021

Hay que tomar medidas urgentes y despertarse de la "siesta"

Martes por la tarde en la ciudad. Estoy empezando a valorar más lo que tengo y lo que logré en todos estos años. Es un proceso que lleva tiempo, quizás casi el mismo tiempo que demandó ir subiendo de a poco a pesar de los escollos. Escribir una nota que sea atractiva para el lector y que despierte interés, realizar las entrevistas en la tele buscando el "lado B" de cada entrevistado. Asumir la responsabilidad por las decisiones tomadas, que es totalmente individual. No se le puede echar la culpa a nadie, aunque muchas veces tengamos que optar por la alternativa menos peor porque estamos sometidos a una presión agobiante. Lo que intento hacer, es pensar en Lobos con visión de futuro,  como un lugar en el cual cada habitante pueda desarrollarse y progresar a su manera, sin importar el gobierno de turno.

Por eso, hoy veo que Lobos está complicado, en primer lugar por la cantidad de casos de COVID que se informan oficialmente. Las autoridades locales no le encuentran la vuelta a la pandemia, o no quieren asumir el costo político de una decisión impopular. Deberíamos retroceder de fase, y que el pedido para que ello ocurra sea del propio Ejecutivo, como lo hicieron Monte o Roque Pérez. ¿Cuántas muertes y nuevos contagios vamos a esperar? Si hay que cerrar todo, que lo hagan, y que se evalúen los resultados. Restringir la circulación es fundamental. La ironía de todo esto es que siempre tomaron como referencia lo que sucedía en CABA, cuando ahora tanto Buenos Aires como el AMBA implementaron medidas dispuestas por el Gobierno Nacional, como el cierre de locales comerciales a las 20 hs. Por supuesto que no es fácil ni grato para nadie tomar medidas drásticas, pero yo lo que propongo es que hagamos la prueba, a ver que pasa. Retrocedamos de fase, y en 15 días ya podremos trazar un diagnóstico, si dio resultado si sirvió para algo. Es evidente que si municipios vecinos lo hicieron, fue con el convencimiento de que había que preservar la salud por encima del interés comercial. 

¿Qué más quisiera yo, o cualquiera de ustedes, que volver a la "normalidad"? Pero me temo que eso no va a pasar nunca, porque la pandemia marcó huellas muy profundas y modificó por completo nuestros hábitos y costumbres. No vamos a volver nunca a 2019, y lo mejor sería aceptarlo para no crear falsas expectativas. Esconder datos o información sensible no es la solución, porque tarde o temprano sale a la luz y provoca un efecto inverso al esperado. En estos momentos, en Lobos hay mucha actividad en el rubro de la construcción. Casas viejas se demuelen o reciclan para construir locales, muchos de ellos en pleno Centro. Si comprás una casa tipo chorizo, de las pocas que todavía quedan, tenés espacio para construir tres o cuatro locales. Se necesita una inversión importante, pero se ve que hay gente con recursos suficientes para volcarse a estas lides. La consecuencia es que el paisaje urbano va cambiando más rápido de lo que suponemos, se hacen loteos en barrios de la periferia...los inmuebles siempre son una inversión segura en tiempos de crisis. Hay propiedades carísimas que uno ve en el mercado, con una cotización que equivale a un departamento en una de las zonas más caras de Buenos Aires. Pero son cosas distintas, además no me dedico a esa actividad. Sólo observo cómo se va dando la oferta y demanda. 

Pensemos, además, que una gestión que priorice la obra pública no puede tener 30 casas sin terminar en Empalme. Hacer resaltos y tapar baches es demasiado poco para un Municipio que cuenta con un presupuesto como el nuestro. Sé que están haciendo arreglos y mejoras en luminarias, por ejemplo, y está perfecto. Pero como me dijo un día un jefe que tuve: "Lo que está bien hecho, está bien y punto. Yo te marco lo que estás haciendo mal". Vale decir, cumplir con tu trabajo o con tu rol como Estado no es un mérito, o al menos no debería serlo, pues para eso están.

 El vecino común ve que se pasan la pelota entre Provincia, Nación y Municipio, pero el resultado es siempre el mismo: nada, no se hace nada porque no se puede, o por el motivo que sea. Así no vamos a despegar nunca, y mientras otras ciudades son elegidas para instalar industrias y generar fuentes de trabajo, nosotros la vemos pasar, una y otra vez. Habrá que prestar atención respecto a cómo evoluciona la imagen que se tiene de una gestión de gobierno, porque este año hay elecciones y todos (oficialistas y opositores) quieren salir bien parados. Todavía falta mucho, y las preocupaciones de la gente están en otro lado, naturalmente. En noviembre, previas PASO, ya no quedará margen para especulaciones: la sociedad decidirá si queremos seguir como estamos, o si habrá "voto castigo". Nos estamos viendo pronto. Punto final.

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