10 de julio de 2022

Rompan todo

¿Estamos tan mal como nos parece, o es solo una ilusión? ¿Podemos pensar en que viene algo peor? Y una pregunta crucial: Además de votar, ¿Hay algo más que estemos en condiciones de decidir? Muchos interrogantes para una sola nota. Dejamos atrás una semana con mucha tensión, y ahora nos toca afrontar una nueva etapa, una más de un ciclo que nos tiene a los saltos y sin saber cómo reaccionar. Si el mandato de Presidente durara de 6 años como era antes de la reforma de la Constitución, ninguno de los que han pasado hasta ahora llegaría a cumplir con ese período, ya sea porque la gente lo echaría antes, o porque ellos mismos se quedarían sin respaldo político y tendrían que renunciar. 

A veces tenemos la amarga impresión de que nada, nada en absoluto de lo que hagamos es suficiente. El esfuerzo que le ponemos a las cosas, las ganas, no alcanzan. Cada día le dedicamos más tiempo al trabajo o a capacitarnos, y no vemos resultados positivos. Los que tienen que tomar decisiones clave son ineptos, es una puja de poder que no parece tener fin. En cambio, nosotros la peleamos con las herramientas que tenemos a mano, pero es como tener un garrote de madera frente a un arsenal de ametralladoras. ¿Cuándo habrá una buena noticia? Yo mismo como periodista, lo que más quisiera es brindar cada tanto buenas noticias, que demuestren una evolución de este pago chico, que nos hagan pensar que no estamos estancados en el barro. 

Para hacer política hace falta plata, no hay otra manera de sostener una campaña. Pero todos sabemos que el poder seduce más que el dinero una vez que accedés a una determinada posición. Por eso "House of Cards" fue un gran éxito comercial, porque desnudaba el pensamiento de quienes manejan a las masas de la manera más infame. Y quiénes están detrás de CFK y de Fernández? Ellos por sí solos no podrían movilizar multitudes para un acto político, es decir, que hay agrupaciones que son afines a ambos bandos. Cualquier persona con sentido común sabía de antemano que Cristina quería tener la sartén por el mango y manejar todo, pero lo que estamos viendo supera cualquier presunción, porque nunca nadie se animó a ir tan lejos, elevando las cosas a un límite que se lleva puesto todo por delante. Esta gente está desquiciada, no desde ahora, sino desde que lanzaron esta fórmula presidencial creyendo que cogobernar sería sencillo, y que terminó triunfando en las urnas porque previamente nos gobernó otro inútil e inoperante como Macri. 

La política actual se construye con recursos que son profundamente inmorales, y alguien podrá decirme que siempre fue así. Lo que pasa, es que "nosotros renegamos del chofer una vez que le damos las llaves del auto", por así decirlo. A joderse. Néstor K. quería llegar a su segundo mandato en 2011, pero murió antes de lograr esa aspiración. Todo ello hace que no podamos analizar el escenario actual con precisión, porque nunca vimos algo parecido, que el Presidente y su Vice se peleen y discutan en público, ya sin ningún filtro, librando una batalla que poco tiene de épico y que presenta un mayor espíritu destructivo que de otra índole. Destruir al adversario, aunque -teóricamente- sea del mismo palo. 

Mientras tanto, bregamos por la vida que queremos construir y que se va consolidando a diario, con aspiraciones sencillas. En poco más de un mes, veremos cómo los días se alargan, se estiran, se elongan... comenzamos a ver bellas señoritas caminando por la calle con calzas o joggings, los pibes se juntan a matear en la Plaza hasta que cae el sol...  estamos en pleno invierno, lo sé, pero somos nostálgicos de la primavera. Nunca se ha podido dotar de un predio al aire libre de determinadas funcionalidades, sin que sea víctima del vandalismo, de hecho, ustedes recordarán que hace unas semanas se robaron 400 metros del cableado eléctrico en el Parque. Es una estupidez que nunca voy a entender, porque eso hay que reponerlo y lo terminamos pagando todos. Cuidar el espacio público es fundamental para una sociedad civilizada, entonces, no nos asombremos si los baños de una terminal de ómnibus o de una estación de tren son un asco. A nadie le importa nada porque no es su casa. Se sienten como si estuvieran en un hotel donde son aves de paso, y el pobre infeliz que quiera aprovechar de un espacio verde gratuito, no puede hacer uso de las instalaciones que debería tener, porque hubo otros imbéciles antes que él, que encuentran diversión destrozando bancos, luminarias, juegos para los niños, y todo lo que puedan imaginarse. 

Cambio de tema: Lo que me sucede a mí puede ser algo que compartan o no los lectores. Hoy por hoy, me da más placer sentarme en un bar a tomar un café y leer los diarios que ir a un boliche, ya soy un dinosaurio para salir a las pistas, y nunca me sentí cómodo en esos lugares, ni siquiera cuando era adolescente. Por eso, si es posible, busco escuchar la música con la que me siento más identificado. No soy conformista, pero aprendí que no se puede pedir demasiado para una ciudad bonaerense del montón como Lobos, que pese a todo no dejo de querer. Yo estoy en otra sintonía que es completamente ajena al "fin de semana de locura": Priorizo un ritmo de vida tranquilo, aunque no siempre lo consiga. Me gusta una buena conversación o la posibilidad de conocer a alguien, pero siempre procurando no mirar hacia atrás. Suena un poco contradictorio, dado que al igual que ustedes, aun hay muchas cosas me provocan nostalgia, pero uno elige a qué nivel mantener los recuerdos. Por ejemplo, tengo FB, Twitter, Instagram, todas las redes sociales más populares, pero me he dado cuenta de que no me reportan demasiados beneficios ni utilidad, salvo para promocionar las notas del diario. Entonces, ¿Para qué? ¿Cuál es el sentido de subir memes bastante pelotudos o compartir videos que no le interesan a nadie excepto al que empieza con la absurda cadena? Es algo para pensar, me parece, porque durante un tiempo yo también lo hacía, y ahora vemos cómo Facebook va perdiendo popularidad entre los más jóvenes. 

Mientras escribo estas líneas, pienso en todos los blogs que hay dando vueltas por el ciberespacio, y me pregunto si algún bloguero anónimo redactará textos parecidos a los míos. Los blogs tienen que perdurar, son un espacio de libertad en el medio de la hojarasca. Y creo que quizás esa sea la motivación que tengo cada vez que me pongo a escribir con la idea de contar algo, aunque no sea un texto literario, es pensar que puedo conectarme con otra gente que quizás nunca conozca, pero con la cual tenga experiencias comunes. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

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