30 de julio de 2022

Última nota, últimas palabras de julio

 En esta última nota del mes, intentaré no volverme tedioso, ni tampoco suponer que soy el único a quien le pasan las cosas. Pero solamente puedo hablar por mí, de los problemas ajenos tomo conocimiento cuando los demás me los comentan, no seré yo quien vaya a buscar que un vecino que se está fundiendo me exprese sus dificultades económicas.  

Inevitablemente, todo lo que sucedió desde principios de julio me atravesó como una espada, a mí y a tantos otros que tenemos que manejarnos con un presupuesto acotado. Reitero, no soy el único y nunca me creí el ombligo del mundo.

Pienso que mi malhumor y pesimismo estuvo muy ligado a eso. Pero nadie puede permanecer así por tiempo indeterminado. Lo que más lamento es que venía preparando algunos cambios en el diario digital, que obviamente iban a requerir una inversión, y hoy por hoy lo voy a tener que postergar. Esos cambios estaban relacionados con sacarle más provecho a las redes sociales, sobre todo Instagram, delegando esa tarea en algún diseñador que actualice el contenido, básicamente como un complemento de la página. Actualmente lo que más se suele hacer, si tenés un comercio y no tenés tiempo o conocimientos de diseño, es recurrir a esas personas. Yo soy bastante indeciso en algunas cuestiones y de vez en cuando pensaba que lo valía la pena gastar guita en eso, pero la idea andaba rondando mi mente hace rato. Cuando lográs que el nombre de tu negocio, diario, o lo que fuere, se imponga como una marca y la gente lo asocie directamente a lo que realmente es, diste un paso enorme. Desde luego que si no tenés infomarción que le interese al lector, todo lo demás no sirve de mucho.

En este 2022, LOBOS 24 cumple 5 años. Es la primera vez, creo, que escribo sobre este modesto aniversario. Nunca me interesó ser un pionero o un visionario, claramente hubo otros portales de noticias que aparecieron antes que el mío, y está todo bien. Pero para serles franco, me gusta más el mío porque cuando nos sentamos a conversar con el diseñador que hizo todo el trabajo, lo pensamos como una apuesta al futuro. En enero de 2017 aparecieron las primeras notas, y ahora que lo pienso bien, creo que fue la última vez que me la jugué, sabiendo que ese laburo costaba muchísima guita en su momento. Luego tuve que hacer otros gastos, como comprar una computadora nueva, conseguir el software o los programas adecuados para lograr las fotos de la mejor calidad posible... y bueno, una vez que estás en el baile, no vas a aflojar! Uno siempre sueña con expandirse, pese a que el Fisco no alienta ese tipo de aspiraciones. Me encantaría lanzar otra web, con un contenido netamente de opinión, similar al de este blog, y con auspiciantes fuertes, que pongan la guita sin tenerme con vueltas. De más está decir que no todos van a estar de acuerdo con mi modo ver o analizar los hechos, por eso es un desafío.

 Hay un dibujante o ilustrador que cada tanto me manda un mail preguntándome si estoy interesado en su trabajo. La verdad es que me interesa lo que hace, pero no puedo pagarle, como tampoco a toda la gente que durante este tiempo me ha enviado un CV para sumarse al equipo. Si no puedo pagarle a alguien el sueldo que se merece y en blanco, lo mejor es sincerarse y decirle que no. Porque yo también pasé por lo mismo y toda la vida me "negrearon". Sólo cuando estuve ejerciendo la docencia laburaba en blanco, obviamente, porque era el Estado quien pagaba. Ahora soy yo quien todos los meses debe abonar el Monotributo para tener una obra social pedorra y en un futuro, una jubilación que seguramente será la mínima. 

Qué les puedo decir... aunque me queje, todavía sigo con las ganas de escribir, de conseguir la primicia, de "ganarle" a la competencia (con ética, lícitamente), de lograr entrevistas que el resto no tiene... Sin falsa modestia, es así. Y cuando otro medio consigue una buena nota, se lo merece, me parece bárbaro y son las reglas del juego. Lo que más me interesa es ampliar el mercado publicitario, y respecto a ese temaa no voy a entrar a discutir con nadie que no tenga interés, porque cada uno destina su dinero en lo que quiere. Para finalizar, sólo puedo afirmar que mis clientes reciben el mejor trato posible, que siempre estoy dispuesto a conversar con ellos o renegociar una tarifa, y que mi objetivo es que vendan lo más posible. Ellos deben sentir que el aporte económico les da resultado, y pongo a disposición todos mis recursos para que lo puedan concretar. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 



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