27 de enero de 2023

27 de enero

 27 de enero en Lobos. Cayó bastante lluvia esta madrugada, fue un alivio luego de varios días excesivamente cálidos. Pero como es natural, la humedad ambiente durante casi todo este viernes nos hizo sudar la gota gorda. En fin, no quiero que piensen que nada me conforma ni que nada me viene bien, es sólo una percepción.

Más de una vez nos vemos superados por los hechos, por la mediocridad y por la estupidez ajena (ésta última se propaga a más velocidad que cualquier bacteria, se los aseguro). Este posteo esboza ideas generales, porque no me he propuesto ir hacia lo particular, sino enunciar una serie de experiencias que son compartidas -en mayor o menor grado- por todos quienes tenemos una determinada edad y debemos sobrevivir en "la ley de la selva". Si no lográs imponerte, siempre habrá alguien dispuesto a pisarte la cabeza. Imponerse puede asociarse erróneamente a la violencia, pero yo creo que hay que aprender a posicionarse con lo que uno sabe hacer.

Por supuesto, no podemos vivir imaginando teorías conspirativas, dado que la mayoría de las veces son nuestros propios actos los que nos conducen al desastre y al desconsuelo.

Anoche, mientras hacía "zapping radial", buscando alguien que tuviera algo interesante para decir, el locutor o conductor trazó una semblanza de 2009, vaya a saber con qué motivo. Siempre nos surge esta cuestión personal de las asignaturas pendientes, de aquello que nos habíamos propuesto el 1º de enero y que transcurridos poco tiempo no hemos concretar, ya sea porque el envió inicial se esfumó rápidamente o bien por factores externos. Para no irme de tema, mientras escuchaba el programa de radio y daba vueltas en la cama, recordé a quienes eligieron involuntariamente el 2009 para dejar este mundo, y mi mente se detuvo en figuras tan disímiles como Raúl Alfonsín, Michael Jackson, Farrah Fawcett, el talentoso periodista y analista de política internacional Oscar Cardoso, y muchos más que en este momento no recuerdo. 

Pero ahora estamos en 2023. Creo que puede convertirse en un año raro y atípico, por motivos que exceden largamente el espacio de un texto conciso, pero lo digo más allá de la política. Los argentinos siempre encontramos un “rebusque”, una persistente capacidad de reinventarnos cuando vemos que la mano viene complicada, apelamos ese arte cuasi-camaleónico, para no bajar la guardia pensando segundo mes del año, que se me antoja sin grandes definiciones, al menos por lo que percibo a diario. Todos están mirando hacia sus propios intereses, ligados a la coyuntura económica, como si fuera la salvación y viniera el Arca de Noé a rescatarnos antes del naufragio. Quizá por eso, en varias notas anteriores, y sin asumir el rol de coaching porque me parece una chantada, yo diría que debajo de toda esa hojarasca nos aguardan las cosas sencillas de la vida, porque quienes triunfan en el mundo de las finanzas, el espectáculo o el arte son un grupo minoritario, nosotros no somos más que seres anónimos para las estadísticas o para un Gobierno cualquiera, personas comunes de clase media -algunas con más aptitudes que otras- que luchamos para permanecer en esa delgada línea y no descender todavía más.

Me despido con estas modestas reflexiones hasta el próximo post, y nos estaremos reencontrando pronto. Punto final para el día de hoy.

No hay comentarios.:

Las preguntas obvias también merecen ser respondidas

Con el paso del tiempo, vamos cambiando. Eso no es novedad, lo novedoso es cómo interpretamos ese proceso. El destino nos lleva a enfrentarn...