2 de enero de 2023

Tenemos todo por delante

El año comenzó con lluvia. Durante buena parte de ayer, tuvimos una garúa sostenida que nunca llegó a convertirse en una tormenta o en un chaparrón fuerte, pero pese a todo cayeron 10 milímetros, que no es poco. Y este lunes 2, imaginé que el clima iba a "levantar humedad", como suele decirse, y efectivamente fue así. No hizo un calor insoportable, sólo se notó más acentuadamente en horas del mediodía. 

Ayer fue un día que se me tornó largo y aburridísmo, casi no hubo movimiento de ningún tipo en la ciudad, pero eso ya no me sorprende tratándose de esa fecha. Salí a pie dos o tres veces para hacer unos mandados en los pocos almacenes o boliches que estaban abiertos, y el agua se me iba filtrando por las gastadas suelas de las zapatillas. Tendría que haber hecho como mi viejo, que en tiempos de estrechez económica, colocaba un cartón a modo de plantilla en los zapatos para que esa humedad no terminara mojándole los pies o en su defecto las medias. Pero no quiero irme de tema: Con el solo hecho de que este flamante mes sea mejor que el anterior, ya me doy por satisfecho, recuerdo que no la pasé nada bien y no tuvo que ver con la falta de dinero o cosas así. Mi cabeza no funcionaba bien, tenía mucha ansiedad, me costaba dormir, y algunas cosas más que no detallaré. Pero logré superarlo. No fue ni tan fácil ni tan difícil.  

La víspera de Año Nuevo la pasé con mi familia, algo que es habitual en los últimos 15 o 20 años. Me refiero a mis familiares directos y a nadie más, no sé si he sido claro. Nos entretuvimos un rato mirando videos de You Tube a través de la TV Smart, y después pusimos Crónica porque ya es casi una tradición dejar la tele en ese canal berreta, creo que estaban pasando un show de Los Palmeras o algo así, obviamente para una ocasión de ese tipo nadie va a poner en la grilla recitales de música que tengan un sesgo deprimente. Miré el reloj, habían pasado algunos minutos de las 22, ya estábamos por terminar de cenar, y dos horas, hasta la medianoche, parecía mucho tiempo. En otras épocas, me hubiera tomado unos vasos de Cinzano con soda o una cerveza, pero tanto para Año Nuevo como para Navidad, sólo tomé una cantidad mínima de alcohol al momento del brindis. Tuve deseos de fumar algún cigarrillo pero no tenía ninguno a disposición y no había dónde comprarlos, así que me la banqué. La nicotina me "plancha" un poco, pero no viene al caso, cualquiera que conozca algo de los efectos del tabaquismo puede profundizar sobre esas cuestiones. Estimo que me habré dormido a la 1 de la madrugada del 1 de enero, y hoy, más allá de que tuviera laburo pendiente o no, me levanté alrededor de las 8:30. Ello me permitió ir organizando el día con mayor tranquilidad, porque si te levantás a las 10, además de que sos un vago, ya no queda tiempo para hacer todo lo que tenías previsto, y tampoco podés aprovechar el día para cualquier otra actividad que quieras hacer. 

Como mencioné en varias notas, 2023 promete ser un año que dará mucho material y mucha tela para cortar, pero para eso deberemos esperar hasta marzo. Un verdadero bajón para los periodistas, ya que obviamente tenemos que conseguir información todos los días, en cualquier época del año. Es la esencia misma de un diario, sea digital o en papel.

Quiero aprovechar la oportunidad para agradecer todas las salutaciones y buenos augurios que recibí, la gran mayoría vía WhatsApp, y con el devenir de los días vamos a poder ver si se concreta ese anhelo colectivo de tener un gran 2023, que supere a su antecesor. Todo está por venir, todo está por verse. Nos estaremos reencontrando pronto. Punto final. 



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