18 de febrero de 2011

Perdido en la arena

Hoy podría tratarse, quizás, de un viernes más. El verano va languideciendo y la mayoría de los que se tomaron vacaciones ya han regresado. En marzo, como es sabido, son los jubilados los que recorren las playas y juegan al tejo en la arena. La fisonomía de Mar del Plata es diferente cuando se termina la temporada. Con mi familia yo estuve en invierno varias veces, y a pesar de ser una ciudad bella como siempre, falta el colorido y el ánimo de distensión que aportan los turistas. Antes la gente enviaba postales a sus familiares y amigos de los lugares donde estaban vacacionando. Hoy, como los costos se han encarecido tanto, el turista promedio no pasa más de cinco días en un lugar como Mar del Plata, sobre todo si es una persona joven que viaja con un grupo de amigos. 

Los usos y costumbres han cambiando de tal manera en los últimos 20 años, que las ciudades turísticas han tenido que reinventarse y adaptarse. Los pubs, los bares con karaoke, los boliches temáticos, y otros lugares de esparcimiento antes no existían, o al menos no proliferaban como en la actualidad. La típica salida a Mar del Plata, hasta no hace mucho, merecía una visita obligada al Casino, y a alguna obra de teatro. Si bien esos hábitos se mantienen, la gente busca permanecer en la playa el mayor tiempo posible y comer algo a la pasada, y me parece perfecto porque no te vas a arruinar las vacaciones dejando tus ahorros en el Casino y viendo una obra de teatro llena de vedettes reventadas y de "mediáticos" que ni siquiera tienen talento para actuar. Y bueno, es un viernes gris y tenía que renegar un poco con algo, sepan disculpar. Nos estamos viendo, amigos!!! 

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