20 de junio de 2011

Escuchando de todo un poco...

Mientras redacto estas líneas, la Selección está jugando un partido amistoso contra Albania (?), el último antes de que comience la Copa América. Para orgullo nacional, Argentina va ganando 2-0, y resulta absurdo pensar que un equipo que ganó dos Mundiales termine jugando con otro que tiene escasa historia futbolística, por más buenas intenciones que demuestren los albaneses en defender su honor en el campo de juego.

Es difícil juzgar el talento de un músico o de una banda escuchando un CD hiperproducido, donde los tipos cuentan con un arsenal tecnológico a su disposición para retocar cualquier imperfección que pueda surgir o disimular sus limitaciones. A mí siempre me gustó Norah Jones y tengo casi todos sus discos, pero estoy escuchando por Internet el álbum "Featuring", que es un compilado de distintas colaboraciones que Norah fue haciendo con distintas bandas o artistas. Y obviamente el resultado no es el mismo. Jimi Hendrix fue un guitarrista notable, acaso el mejor de todos los tiempos, pero no me termina de convencer. Otra cosa que me cuesta mucho últimamente es escuchar un disco de Cerati o de Soda Stereo, porque no puedo evitar imaginarme al pobre de Cerati inconsciente, tirado en una cama, hecho una piltrafa por culpa de un ACV y sin señales de recuperación. Con Charly me sucede algo parecido: siempre lo banqué o lo respeté, pero verlo tan gordo y balbuceando unas pocas frases realmente da pena. De todas maneras, no puedo creer que haya gente que siga creyendo que hubiese sido mejor que hubiera muerto. Estoy convencido de que Charly tiene mucho para dar todavía, y si la voz ya no le permite cantar, seguramente podrá editar algún disco instrumental o con cantantes invitados.


Los días de invierno son buenos para escuchar música, para tomar café, para estar con la novia/o, y para intentar reencontrarnos con nosotros mismos y con los afectos. No sé, me da la impresión de que el verano está ligado más para la distensión y la joda, y que en invierno la gente tiene el gesto adusto, semicubierto por las bufandas y los abrigos, y para más tiempo en su casa, buscando refugio ante la incertidumbre que nos plantea la economía y los avatares de la burocracia cotidiana.

Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...