18 de junio de 2011

Poniendo las cosas en su lugar


Mantener un blog, actualizarlo periódicamente y tratar de esbozar unas ideas en cada post no es tarea sencilla. En primer lugar, siempre tuve la convicción que lo haría por el placer que me da expresar mis pensamientos fuera de lo meramente periodístico. Es normal que haya temas que se reiteran, relacionados quizás con la situación del país. Pero si se reiteran, es porque todavía esos problemas que mencioné hace meses o años no han sido resueltos. El blog fue mutando con el paso del tiempo, y constatamente trato de ofrecer textos que sean amenos para leer. Nadie está obligado a compartir mis puntos de vista, por supuesto. Trato de evitar temas sensibles porque no me gusta que este espacio sea destinado a generar polémica. Buena parte de mis experiencias y de mi vivencias están plasmadas aquí. Pero como suele decirse, yo hago "un recorte de la realidad". No cuento todo lo que me pasa, como ocurre con algunos blogueros, porque me parece que se pierde la esencia del blog, que es promover la cultura e incentivar nuevas formas de expresión. No escribo para una persona en particular, sino para todos los que entren y quieran leer. Este blog es de libre acceso, como casi todo lo que está disponible hoy por hoy en Internet. De manera que yo preservo mi intimidad en el cyberespacio y sólo la comparto con personas de mi confianza.

El párrafo anterior viene a cuento de que los blogs, en líneas generales, no son iguales que hace unos años, cuando yo empecé con esto. Aparecieron los "blogueros K": están quienes exponen sus argumentos a modo de militancia, y del mismo modo proliferan aquellos a quienes les pagan por escribir a favor del Gobierno. También hay páginas oficialistas, como Infonews o Diario Registrado. En fin, la cuestión es que de golpe y porrazo, todo el mundo se sintió con la necesidad de tener un blog. Por supuesto, cada uno tiene todo el derecho del mundo en hacerlo. Pero en un principio, los blogs no fueron concebidos para compartir experiencias o reflexiones y no para hacer propaganda política o buscar la adhesión fervorosa de un grupo de militantes. Lamento que se esté desvirtuando el sentido de una herramienta que permite a un usuario tener la posibilidad de comunicar sus ideas con el resto de los internautas. Y no lo digo por creerme superior ni me voy a rasgar las vestiduras, es lo que hay. Es momento, creo yo, de empezar a mirarse un poco el ombligo y replantearse el futuro de los blogs. Porque para escribir boludeces, pueden hacerlo en el "muro" de Facebook. Punto final.

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...