5 de agosto de 2012

DECLARACION DE PRINCIPIOS

"El tiempo nos ayuda a olvidar..." dice Fito Páez en uno de los versos de sus canciones más celebradas cuando todavía era un gran artista. Y es cierto. Qué bueno es que podamos olvidarnos de las personas que nos hicieron daño, dejar de lado viejos rencores, vivir tranquilos de nuestra conciencia, y comenzar a renacer. Estamos muy intoxicados de los "realities" de la TV, los videos de Internet, las malas noticias de los diarios. Es hora de que aprendamos que nosotros debemos hacer algo para que las cosas cambien. Que no es fácil, desde luego. A mayor cambio a conseguir, mayor es el desafío para lograrlo. Para los que ya  tenemos más de 30 cada vez cuesta más conseguir un techo propio, un auto, o bienes que nos garanticen cierta autonomía de nuestros padres. Pero no pasa sólo por eso, sino por pensar en que no está en nuestras manos modificar la cotización del dólar o los índices de inflación. A lo que me refiero es que debemos tratar de cambiar las cosas que están a nuestro alcance. Yo trabajo desde los 20 años, y si no lo hice antes fue porque me propuse terminar de estudiar Periodismo. En Lobos todo se vuelve más difícil, y tuve que esperar demasiado para ser reconocido por mi actividad laboral. Este 2012 es uno de mis años más complicados, porque tomé decisiones desacertadas. Pero aquí estoy, prosiguiendo con mi vida con lo mejor posible.

Es bueno reconciliarnos un poco con nuestro ego, darnos cuenta de lo que valemos, de las capacidades que tenemos y que durante mucho tiempo desaprovechamos. Cada día me convenzo más de que todos tenemos algo que aprender y no nos va a alcanzar la vida para seguir aprendiendo a mejorar. Es bueno pedir perdón cuando sentimos que ofendimos a alguien. Sinceramente, estoy convencido de que no podemos lograr caerle bien a todo el mundo, o que todos se sientan a gusto con nuestra presencia. Pero eso, en última instancia, es problema de los otros, no de nosotros. Porque en realidad, si obramos en consecuencia, y si somos coherentes con nuestros actos, no le debemos explicaciones a nadie, más allá de lo que nos dicte nuestra propia conciencia. 

Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...