27 de marzo de 2016

La visita de Obama no aportó demasiado


¿Sirvió para algo la visita de Obama a la Argentina? ¿Fue un gesto simbólico o hubo avances concretos en las relaciones bilaterales? Porque más allá del protocolo, de las palabras amistosas, de la Cena de Gala, nuestro país debe avanzar en acuerdos comerciales con los yanquis. El problema es que ellos tienen casi todo, podrían autoabastecerse si lo desearan, y además imponen barreras arancelarias muy firmes para quienes desean exportar. No nos tenemos que detener en los detalles, en las boludeces de una visita de Estado, sino aprender a leer entre líneas para ver si obtenemos algún beneficio concreto de que el Presidente de EE. UU. haya estado por estas Pampas. Por lo pronto, se comprometió a desclasificar los archivos secretos sobre la última dictadura militar, algo que no es tan novedoso porque transcurrida determinada cantidad de años, el Departamento de Estado desclasifica documentos por "motu propio". Por lo general, se cuidan bien de hacerlo con papeles que ya no revisten demasiado interés, o que no ven afectados los intereses de EE. UU. Los yanquis no son tan necios como para revelar información sensible que fue recibida por las Embajadas o los Servicios de Inteligencia. 

No obstante, es necesario que se abra una nueva etapa en las relaciones de ambos países, pero lejos del "alineamiento automático" de la época de Menem, o del "revanchismo revolucionario" de los años de Kirchner. Los dos puntos claves de la visita, a mi modo de ver, fueron los que ya mencioné: la desclasificación de archivos y las posibilidades de que EE. UU. intervenga en la puja con los fondos buitre. No esperemos mucho más, es eso lo que hay, las concesiones que los yanquis nos pueden brindar hoy. El gobierno de Obama se va a finales de este año, de manera que no será demasiado lo que podrá hacer, y si asume un presidente Republicano, las expectativas se reducirán considerablemente. La prensa argentina parecía la revista Gente o Caras, por el tenor de la información que brindaba a sus lectores: un desastre total, hablando hasta el hartazgo de cómo bailó el tango Obama, o de qué ropa llevaba puesta su esposa. Realmente, fue una pérdida de tiempo haber leído los medios durante esos días. Demasiada frivolidad, aunque sea el Presidente de la primera potencial mundial. 

Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...