11 de diciembre de 2016

Esperando un año mejor


Se aproxima el cierre del fin de semana largo: cuatro días en los cuales buena parte de la actividad industrial y comercial estuvo paralizada, con el remanido pretexto de fomentar el turismo. En realidad, son minoría los argentinos que a esta altura del año y con las Fiestas tan encima, pudieron darse el lujo de vacacionar. Y además, para el común de la gente, jueves y viernes hubo que trabajar igual, sobre todo en el caso de los autónomos o monotributistas.Ni hablar de algunos supermercados chinos que explotan a sus empleados y apenas les otorgan un franco semanal (el día que los dueños decidan, por supuesto). Hubo en estos días, varias propuestas culturales, muchas de ellas gratuitas, y como dije en una oportunidad, es uno de los atractivos que tiene Lobos. Recordemos que allá por febrero de este año se lanzó "Arte Noche de Ciudad", cortando la calle 9 de Julio y otras circundantes para hacer muestras de arte, música, talleres de dibujo, entre otras actividades.Resultó una buena iniciativa para salir un poco de la rutina anual de "Música en los Barrios", un evento que a mi modo de ver ya estaba mostrando señales de agotamiento. Pero también es cierto que en materia de Cultura, los barrios periféricos y la zona rural recién fueron tenidas en cuenta a mitad de año aproximadamente, dado que todo lo hecho antes tenía lugar en el Centro o en el casco urbano. 

También, 2016 fue el primer año sin la popular Fiesta del Día del Niño en la Plaza 1810. A modo de llenar ese vacío, el Municipio organizó un festejo con juegos infantiles, payasos, y todo lo que atrae a los más pequeños, pero tuvo sabor a poco. Está previsto que para el año próximo, la Fiesta como todos la supimos conocer y que se mantuvo durante 50 años, vuelva a realizarse. 

En este 2016 todos tuvimos que ajustarnos el cinturón ante una serie de medidas impopulares que emanaron de la Casa Rosada y que afectaron directamente nuestro bolsillo y nuestro poder adquisitivo. No hace falta ser redundante en esto, ya que ha sido un tema que he abordado en otras oportunidades, a medida que veía cómo me iban afectando las decisiones que tomaban los funcionarios y Ministros. Sólo me resta augurar un Año Nuevo mejor, porque realmente necesitamos que sea así. Desde el plano personal, cada uno hará su análisis. Pero no podemos dejar que el árbol nos impida ver el bosque. La situación social es preocupante, y hasta el más optimista siente que no se han cumplido la mayoría de sus expectativas. Insisto, entonces, en pensar en 2017 como la oportunidad para salir adelante, lo cual no siempre depende de nosotros sino de las decisiones que toman nuestros representantes. Punto final.

Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...