7 de diciembre de 2016

Tardes de siesta y pequeños placeres cotidianos

Miércoles por la tarde en la ciudad. Solemos atribuir este hábito a nuestro hermanos santiagueños o catamarqueños, pero aquí en Lobos la siesta goza de buena salud. Dicha tendencia se nota más en los meses de la temporada estival, cuando a las tres de la tarde no anda un alma en la calle y la ciudad parece como si su trazado estuviera hecho en miniatura, como si hubiera sido construida con los ladrillitos Rasti. Es difícil resistirse a la modorra de la siesta, sobre todo para aquellos que no disponen de una pileta o un quincho para paliar las altas temperaturas. En verano, si no tenés un ventilador o un aire acondicionado, por lo general no podés dormir bien a la noche. Y ni se te ocurra abrir la ventana, porque los mosquitos hacen estragos. Así las cosas, y sin entrar en detalles sobre la situación económica, este será un verano "gasolero" para la mayoría de la clase media, que no puede pagar los precios abusivos por el alquiler de una casa o departamento en la Costa. Ahora está de moda alquilar quintas aquí en Lobos, pero yo no estoy dispuesto a pagar $ 2.500 (o más) por día, teniendo en cuenta el tiempo y esfuerzo que me demanda juntar esa guita. Por supuesto, el que lo pueda hacer y se sienta a gusto me parece perfecto. Hay que aprender a disfrutar de los pequeños placeres, en el escaso tiempo libre que nos queda durante cada día, como leer un buen libro, escuchar ese disco que tenías olvidado en un cajón, o girar el dial para encontrar una radio AM donde alguien informe lo que está pasando de un modo coherente y veraz. En la actualidad, se pueden descargar diversas aplicaciones al celular, además del archiconocido WhatsApp. Podés escuchar radio por Internet, de países tan lejanos y remotos que te abren un poco la mente, porque salís de esa burbuja de las FM argentinas, que solamente emiten música "retro", de la década del '80, en un constante deja vu.

No me malinterpreten:  me encanta el pop y el rock de los '80, pero ya es hora de dar difusión a las nuevas bandas que en un futuro, si se dedican con profesionalismo a lo que hacen, escribirán la historia de nuestro acervo cultural. Otra modalidad en decadencia son los programas estilo "magazine", con un conductor (por ej. Fernando Bravo), acompañado por un equipo de  columnistas de deportes, espectáculos, salud, entre otros. Eso ya fue, ya está todo inventado, busquen algo nuevo, no se puede seguir con el mismo formato radial de hace 20 o 30 años. Y lo principal, al menos para mí: el respeto al oyente. Si están frente a un micrófono, hagan honor a la tarea que realizan, que se expresen con corrección, y que no deleguen todo en el equipo de producción del programa, que suele ser lo más sencillo para tipos impresentables como Mauro Viale o Chiche Gelblung. Punto final.

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