17 de diciembre de 2016

No lamentarse por lo que no pudimos hacer

Sábado caluroso en Lobos. Como suele suceder, a pocos días de que concluya un ciclo, en este caso un año, nos planteamos metas u objetivos variopintos que van desde los más ambiciosos hasta los más modestos. Por ejemplo, dejar de fumar, empezar una dieta, procurar mejorar los vínculos con nuestros seres queridos...en fin, la lista es interminable. Yo, por citar un caso, no me planteo más dejar de fumar. Sé que en algún momento lo conseguiré, y si es un 1º de enero o cualquier otra fecha, no tiene demasiada importancia. Lo que ocurre, si te proponés objetivos muy grandilocuentes, es que luego te sentís frustrado al ver que no los pudiste concretar. Y todos los años es un "deja vu", con "el pescado sin vender". En lo que a mí respecta, tengo recuerdos de logros que he alcanzado en otros años, pero si me preguntan cómo empecé este 2016, ni me acuerdo, tendría que recapitular o rastrear en el archivo de este blog qué publiqué en ese momento. Podría decir que no fue un año notable o que vaya a atesorar en la memoria, sin embargo a menudo nos pasa que las pequeñas cosas que marcan un día, y que nos hacen sentirnos felices, no las tenemos en cuenta. 

Es un poco tedioso hacer un "balance del año", dado que generalmente éste resulta incompleto. Tenemos en cuenta lo que a nosotros nos parece, no lo que en realidad ocurrió. O tomamos de referencia cómo nos afectó un determinado hecho, que si vamos al caso pasó desapercibido para el resto de los mortales. Hay gente que cuando llegue el 31 de diciembre va a lamentar la pérdida de un ser querido, va a sufrir por su magra situación económica, y habrá otros que se dedicarán a tirar pirotecnia, comer hasta reventar y emborracharse. Por lo tanto, creo que también es cuestión de atender la situación de cada uno y separar lo que no está a nuestro alcance resolver (políticas de Gobierno, por ejemplo), de nuestras propias debilidades y fortalezas. Punto final.

Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...