9 de julio de 2019

Sigo detrás de la trinchera


Mi mayor vocación siempre ha sido escribir para intentar analizar la realidad que me rodea, que a veces escapa a mi capacidad de comprensión porque aquello que nos toca vivir se torna complejo. Principalmente, complejo de explicar. Tengo 40 años, pero nunca dejo de aprender, muchas veces me veo superado por lo que sucede, entonces tenés que barajar y dar de nuevo, replantearte dónde estás parado. En un escenario de crisis, sumado al clima electoral, bien vale la pena estar atentos a lo que pasa, porque nada es casualidad y lo que ocurre es consecuencia de una dirigencia mediocre, de políticas económicas equivocadas, y de un profundo desconocimiento sobre cómo adoptar medidas de reactivación. Ser populista no es un defecto ni un insulto, o al menos no debería serlo. En cambio, el neoliberal que se rige por las leyes del mercado es un canalla. La gente tiende a votar según su experiencia personal, por ejemplo, si le fue bien con los K, los volverá a elegir. No se piensa a nivel "macro", con un criterio amplio y teniendo en cuenta todas las variables. Los argentinos estamos cansados de que nos prometan propuestas imposibles de llevar a cabo, totalmente absurdas y que carecen de todo asidero. Sin embargo, es como el famoso "mentime que me gusta", nos complace sentirnos engañados. 

Se puede aprender a vivir mejor, pero necesitamos las condiciones para hacerlo. De lo contrario, sería como pretender tomar un plato de sopa sin cuchara. Creo que después de las elecciones, gane quien gane, habrá algo de estabilidad en el humor de la sociedad que se traducirá en el ánimo de la gente, de todos nosotros. Pero deberemos soportar varios meses todavía hasta octubre o noviembre, en el caso de un eventual balotaje. No es momento de tomar decisiones apresuradas, ni de dejarse llevar por los impulsos de la manada. Por una vez en la vida, dejemos la maldita grieta de lado y empecemos a pensar en la salud y la educación, que realmente dan vergüenza. Necesitamos salud pública de calidad, hospitales dignos, y escuelas en condiciones edilicias adecuadas para dictar clases. No se puede tener tranquilidad en el reino de la improvisación. En la Argentina, tenemos un Congreso que es la "caja" de la corrupción y la amoralidad, con senadores y diputados que ganan en un mes lo que al laburante promedio le cuesta un año conseguir. Tomar a la política como un medio de vida y como un modo de enriquecerse es lo que hace a los sudamericanos ciudadanos subdesarrollados. Y ahora que todos están felices y contentos por el acuerdo entre el Mercosur y la UE, esperen a que se plasme en los hechos. Va a ser, para los europeos, como la segunda Conquista de América. Punto final.  


Las preguntas obvias también merecen ser respondidas

Con el paso del tiempo, vamos cambiando. Eso no es novedad, lo novedoso es cómo interpretamos ese proceso. El destino nos lleva a enfrentarn...