23 de marzo de 2020

Cómo se vive un otoño en cuarentena?

De a poco voy acostumbrándome a este aislamiento obligatorio, en una situación de crisis que nunca me había tocado atravesar en mi vida. A ello se suma el panorama desolador de los comercios cerrados, las colas en los supermercados, los "vivos" de siempre que remarcan los precios de los artículos de primera necesidad. Hay gente que está dispuesta a pagar cualquier cosa por un frasco de alcohol en gel, en lo que a mí respecta no les voy a hacer el juego a los especuladores, me lavo las manos todas las veces que pueda y cuido mi higiene personal. Otra cosa no se puede hacer. Trato de mantenerme activo en estas "vacaciones domiciliarias" con todo aquello que antes no podía hacer por falta de tiempo. Algo que lamento es haber vaciado la "Pelopincho", no pude prever que todavía este otoño en ciernes nos brindaría días bastante calurosos. Debemos tener el temple y la fortaleza necesarias para sobrellevar este estado de emergencia sanitaria. Aprender a adaptarnos a un nuevo escenario, que nunca conocimos, pero que hoy nos interpela con la cruda realidad. Además, esto va para largo: se extenderá, como mínimo, hasta el 11 de abril.

En la nota anterior, comenté que me preocupaba mi situación económica y toda la plata que voy a dejar de facturar a causa de estas decisiones que tomó el Presidente. Pero sé que saldré adelante, más tarde o más temprano, y tendré nuevamente la rentabilidad que solía recibir como propietario de un medio de prensa. Hoy más que nunca, hay que manejar con mucho cuidado información sensible para no alarmar a la población. No tomar nada que haya sido publicado en las redes sociales. Chequear los datos todas las veces que se requiera hacerlo, y si alguien lo hace antes en el afán de conseguir una primicia, no es relevante para mí.

Una familia tipo que vive en un solo hogar y que antes de la pandemia no se llevaba bien, tendrá que fijar mínimas normas de convivencia hasta tanto se declare el fin de la cuarentena. "Afectivizar" el vínculo. Hay que apechugar, no queda otra.

Debemos recordar que la inteligencia en el ser humano no está dada por los conocimientos adquiridos, sino por la capacidad de adaptarse a situaciones adversas, muchas veces no buscadas. Ante un panorama como este, la gente tiende a fumar y beber en exceso. Seamos moderados, porque hoy el foco de la atención de salud está en otro lado. Si recibís un mensaje por WhatsApp de supuestos casos de Coronavirus en Lobos, borralo y no lo compartas, o consultá a las autoridades. Evitemos caer en la psicosis colectiva. Reconozco que es difícil, pero si todos asumimos el compromiso podemos lograrlo. Punto final. 

Idas y vueltas hacia el mismo lugar

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