29 de julio de 2021

Si te subís a la montaña rusa, bancate lo que se viene

Va llegando a su fin un mes que siempre se me hace largo, y no sólo porque tenga un día más que el resto. Cuando ya vas por la segunda mitad del año, es un buen momento de barajar y dar de nuevo. Ajustar las clavijas. Actualizar las tarifas publicitarias, aunque algún cliente reniegue, es necesario porque la inflación también nos afecta a los medios de prensa. Por supuesto que hay que hacerlo dentro de lo razonable, y de la capacidad que tenga cada anunciante para solventar ese incremento. 

Voy a hacer una pequeña digresión: Lamento muchísimo que un vecino con el talento y la trayectoria de Elu Reyes, haya tenido que dejar la dirección del Coro Polifónico a consecuencia de la inoperancia y desinterés de los funcionarios de turno. Evidentemente, para este gobierno municipal, hace tiempo ya que la cultura dejó de ser una prioridad, si es que alguna vez lo fue.

Dicho esto, vuelvo a lo que estaba diciendo en el primer párrafo. Lo primero que hago cuando junto algo de guita es pagarle al Fisco, porque de lo contrario sé que voy a tener problemas, como que me corten la obra social. No soy muy buen administrador de mis ingresos, pero trato de no quedarle debiendo a nadie. Hoy me llamaron de un partido político muy conocido de Lobos para pedirme presupuesto para la campaña. Fue un trámite sencillo, les tiré un número y les expliqué qué incluía ese pago (notas, banner publicitario, nada del otro mundo). La cifra que le pasé a esta persona va a ser la misma para todos, es lo que corresponde. Si me hacen una contraoferta y me sirve, puedo tenerla en cuenta. Pero en líneas generales, el que quiera promover su campaña, tendrá que poner la guita que yo considero en función al presupuesto, y que tampoco es un monto exorbitante. De más está decir que yo me comprometo con el cliente hasta el día antes de la elección, después ya no puedo hacer nada y si los resultados le fueron favorables o no en términos de votos, no me hago cargo de eso, porque yo no soy el candidato. Simplemente presto un servicio cuyos alcances se acordaron previamente, lo otro lo decidirá la gente. Esto tiene que ver con lo siguiente: si el jefe de campaña acepta y está todo bien encaminado, se paga en el momento, porque si llegan a perder, no los ves más y tenés que prenderle una vela a un santo para que paguen. Inexorablemente habrá derrotados, porque el que triunfa es uno solo. 

La verdad es que, llegado a cierta edad, no tengo ganas de hacerme mala sangre con estas cosas. Todos saben cómo o dónde contactarme, no hay misterio alguno en eso. Otro aspecto a destacar es que, del importe que acepten pagarte, nunca es ganancia 100 %: hay que contratar a un diseñador llegado el caso, comprar insumos para ofrecer el mejor producto posible, pulir las notas hasta el mínimo detalle. Pero nadie es perfecto, hay cosas que se van dando solas sin que las esperes o te las imagines. 

Creo que existen "rachas" en la vida de cualquier persona, y que no están relacionadas con el destino o cosas por el estilo. Simplemente, hay una seguidilla de días en los cuales todo te sale bien, te sentís mejor, porque el trato de la gente hacia vos también es mejor. Y después, es posible que te toquen días en que no pegás una, tenés el arco vacío para meter el gol, todo servido en bandeja, y te va mal. Errores inexplicables, malas decisiones, gastos imprevistos. Pero si no fuera de ese modo, no podríamos dimensionar lo importante que es "querernos" un poco más, bajar un cambio, disfrutar del viaje. Porque la vida misma no es más que un viaje sin retorno. Punto final. 

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