26 de junio de 2023

Por qué estas elecciones marcan un quiebre

 Es lunes, y como es costumbre arrancamos la semana con todo. Magnífico día en Lobos, a pleno sol, cielo totalmente despejado y un marco inmejorable, tras haber transcurrido tres días o más cortando clavos. Al menos por hoy, no hay ningún motivo para renegar y/o quejarse. Y aunque sea un comentario meramente anecdótico, no deja de tener valor.

En los próximos días, estimo que se vendrá una intensa producción periodística intensa dentro de mi portal de noticias, pero tratando ir esquivando un excesivo predominio de notas de tinte político. Esa estrategia “zigzag” persigue como único fin, el hecho no abrumar al lector ante el evidente desinterés que se advierte en la comunidad, excepto para aquellos que son candidatos o referentes de los distintos espacios que competirán. Es inminente la campaña, lo sabemos todos. Sin embargo, para evitar ese efecto desgastante que mencioné antes, veré si consigo ir intercalando con otro tipo de material, siempre que haya, porque estoy convencido de que los avatares de la vida pueblerina no se detienen ante una contingencia electoral.

 El contenido del diario digital, va en función de lo que uno considera que el lector necesita saber o conocer. Habrá cambios que se podrán advertir en breve, en base a ese objetivo de brindar un enfoque que sea variado, como las distintas secciones que tienen los diarios impresos. Los presupuestos de campaña ya fueron presentados y hasta tanto no llegue a un acuerdo con los referentes de cada sector, todo lo demás quedará en "stand by". Lo que sí tengo en claro es que antes de publicar cualquier cosa para rellenar (como veo que algunos hacen, no sólo aquí), prefiero dejar las cosas como están. No se trata de subir una nota porque sí, si no genera atención en público.

En un medio que está dirigido a la comunidad de un pueblo chico, no es relevante (al menos para mí) poner foco la actualidad nacional, porque todo lo que se pueda decir o escribir en ese sentido ya está al alcance en otros de alcance masivo. Una muestra inequívoca que el desencanto de la población ante un nuevo proceso electoral pudo advertirse en las elecciones de ayer en Córdoba, con un altísimo índice de deserción, ausentismo, o como quiera que se llame. Se estima que votó el 60 % del Padrón, lo cual para los cargos que se elegían en la provincia mediterránea, es muy poco. 

Todo me hace pensar que este año me tomaré con más calma la campaña en sí misma, pero cubriendo full time lo que sea necesario, porque hay un alto porcentaje de indecisos e inclusive lo que salga publicado bien puede considerarse como un servicio: Pongo a consideración de la gente las propuestas de cada precandidato a nivel local, y supongo que en base a ello, los votantes decidirán. Mientras tanto, la vida del laburante sigue, con los consabidos problemas que debemos enfrentar a diario para darle pelea a un escenario turbulento. Este Gobierno Nacional está agotado. Puede que sea electo otro de filiación kirchnerista con Massa a la cabeza (o en menor medida Grabois), no descartaría nada. Pero no veo que asuman un compromiso para la paulatina reconstrucción de la tierra arrasada que ellos mismos dejarán con funesto legado el 10 de diciembre. Para decirlo de un modo sencillo, no se harán cargo de nada y continuarán hasta el infinito culpando al macrismo de todos los desaciertos que Alberto F. y su séquito perpetraron alevosamente. Yo ya me referí muchas veces a la crisis que nos dejó Macri, por eso no tiene sentido continuar machacando con eso hoy por hoy, ni siquiera para el común de los ciudadanos que no tienen pertenencia ideológica.

 Lo que me parece alentador, es ver que el electorado ya no come vidrio, que adopta una postura crítica ante las medidas de éste o cualquier Gobierno, y que sabe que los canales de noticias (desde TN hasta C5N) adoptan una línea editorial que se ve reflejada sin disimulo en todo el transcurso de la grilla. De más está decir que yo nunca le diría a nadie por quién debería votar, aunque sea en una charla informal.  No me corresponde, más aún cuando todavía no decidí mi propio sufragio.

Abunda, sí, mucha soberbia y prepotencia de parte de quienes pretender ganarse el apoyo de ese grupo de indecisos que pueden ser clave para inclinar la balanza en favor de uno u otro. Pero a mayor exceso de confianza en cuanto a un eventual triunfo, más estrepitosa y decepcionante terminará siendo la derrota. Podés adoptar un tono triunfalista, sólo cuando se cierren los comicios y se empiecen a contar los porotos, no antes. Sobran ejemplos de aquellos que se adjudicaron la victoria al comienzo del conteo y que luego pasaron un papelón porque los resultados se revirtieron. De hecho, uno sabe que hasta los políticos “jubilados” pero con un evidente roce político por los años de militancia, terminan incurriendo en el mismo error, que es el resultado de que los demás les digan lo que les gusta escuchar. Pero al final de cuentas, no es motivo de sorpresa, porque la Argentina se ha convertido desde hace años en un país donde predomina la desmesura y del "vale todo", por lo cual no hay término medio. Eso es, en última instancia, lo más preocupante. Punto final.  

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