27 de julio de 2023

Elogio de la impaciencia

Si pudiéramos rebobinar la cinta de nuestra vida, uno supone que el trayecto recorrido cambiaría, aunque quizás sea un error, más propio de películas como Volver al Futuro. Pero sigamos por el comienzo: Seguramente no hubiéramos ofendido a personas que no lo merecían, no hubiéramos gastado dinero en objetos inútiles, hubiéramos dicho que sí ante una oportunidad que dejamos pasar sin dejarnos llevar por la sombra de la duda. Y ni hablar de los furcios o metidas de pata, con la diferencia de que se trata de algo más común y que por mucho de experiencia que tengamos, o años vividos, nos continuará pasando. El único recurso válido es una disculpa sincera, estimo yo, y enmendar de algún modo lo que dijimos o hicimos sin medir las consecuencias. 

Y ahora voy al punto que pretendo abordar. Yo no sé que haré en lo que resta del año, pero no voy a dejar que este ciclo termine quedándome con la sensación de que no conseguí nada, que no pude emprender algo nuevo. El proyecto del segundo libro está en "stand by", habría que elegir una editorial, averiguar el costo de impresión, y listo. No es nada fácil vender libros para una autor novel, más aún cuando se puede prescindir de él (me refiero al libro). El costo que vos le pongas a cada ejemplar, es imposible de imaginar a valores de hoy. Y las necesidades de la gente pasan por otro lado, lo cual es totalmente comprensible. ¿Es un logro publicar un libro? Bueno, para mí puede serlo, pero en el "mientras tanto", tendré que barajar otras ideas, un plan alternativo, a modo de compensación. Si me aferro a eso como la gran meta a alcanzar, me estaré perdiendo de todo lo que esté en el medio del camino. 

Mientras mi mente funcione y tenga la capacidad de razonar, no aspiro a mucho más. Le tengo más miedo al Alzheimer, o a la demencia senil, que a cualquier otro tipo de enfermedades. Una discapacidad física es limitante, por supuesto, pero no poder razonar porque tu cabeza detonó, debe ser peor aún, no sólo para vos sino para quienes se encarguen de cuidarte. Aclaro que se trata de una reflexión mía, no es algo taxativo.

Si perdés la conciencia, no sabés en qué día vivís, no podés expresarte, por lo tanto estás al horno. Una cosa es balbucear incoherencias porque sos un boludo, y otra es hacerlo porque estás enfermo y ese divague es el resultado de ser prisionero de un cerebro que ya caducó, aunque sigas vivo. No suelo hablar de enfermedades, no es un tema muy atrapante o que atraiga la atención de nadie. Además, no soy médico. Lo que sí me parece contraproducente, es googlear en base a un supuesto síntoma que tengas cuando hay que tomar el toro por las astas, pedir turno con el especialista que fuere, y dejarse de joder. Es la mejor manera de despejar las dudas. 

Ir al gimnasio, salir a caminar, destinar unos minutos a meditar. Parecen actividades habituales o corrientes, pero si no tenés salud, no hay forma de ejercerlas. Cuando nuestros abuelos decían que "la salud es lo primero", sin lugar a dudas tenían razón. Hay ejemplos de artistas conocidos y que ganaron mucha guita, como Pinti o Gasalla, que terminaron mal, de la peor manera. Podrán pagarse un geriátrico VIP, pero ese será su destino final. 

Esta nota, o este posteo, nació como una forma de poner en valor lo que damos por sentado que tendremos por siempre, y que en realidad dista de ser así. Las redes sociales no te van a enseñar a vivir, FB o Instagram son mero entretenimiento o chismerío. No voy a ser tan hipócrita como para negar que hago uso de ellas. Pero la verdad de la milanesa está en otro lado, probablemente no sepa dónde, pero de seguro que en otro lado y no en la pantallita del celular. No quiero perder más tiempo viendo memes estúpidos o reflexiones que se comparten infinitas veces sólo porque esas palabras se atribuyen a una celebridad. Puedo estar un día o un mes sin subir una foto, lo mismo da. 

En lo que respecta a mi laburo, sí actualizo las redes porque está relacionado con el alcance del contenido de mi página, pero si no tenés nada para decir, es mejor no decir nada. Como decía aquella canción de Soda Stereo, "el silencio no es tiempo perdido". Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

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