Arrancamos
noviembre. No falta mucho para que termine el año, y cada uno podrá hacer su
balance o evaluación de este ciclo. Yo por el momento prefiero no decir
demasiado, a priori me parece que ha sido un año difícil, pero que todavía
puede depararnos sorpresas.
Los últimos días
de octubre estuve bastante complicado económicamente. Surgieron gastos
imprevistos y no me quedó otra que arreglarme con la plata que tenía en la
cuenta del banco. Otro factor que influyó fue que todavía no cobré ni un peso
de lo que me corresponde por el plan de empleo en el que estoy inscripto. Estoy
consultando en los foros de las redes sociales, pero al parecer todos los beneficiarios
están en la misma, así que sólo resta esperar. No es una suma que me vaya a
cambiar la vida, pero por supuesto que todo ayuda, además de que yo laburé más
de lo habitual para ganarme el derecho a cobrar esa guita.
Lo único que sé
es que no quiero pasar por una situación similar en noviembre, me refiero a terminar
con la lengua afuera. Nunca tuve la ambición de ganar mucho dinero, sólo quiero
disponer de lo necesario para transitar el día a día, teniendo en cuenta que,
cuando finalizan las cobranzas, hay que arreglarse con los fondos que uno
recaudó hasta ese momento. Pensándolo bien, en años anteriores estuve más corto
de efectivo que ahora, así que en ese sentido ha habido un cambio positivo. Pero
hay que situarse dentro de un contexto. Es posible que yo antes gastara más
plata en boludeces, y es importante contemplar esas cuestiones antes de
efectuar una comparación. Pero si uno se propone una mejor administración, lo
que hay que hacer es anotar todo, día tras día, aunque te parezca una pavada
haber ido al kiosco a comprar un atado de cigarrillos. Es decir, hay que
aprender a llevar una contabilidad casera. Creo que es una estrategia útil para
tener más presente cualquier gasto que pueda surgir. Por suerte, no tengo
deudas, es algo que siempre he tratado de evitar. La última vez que saqué un
crédito fue para comprar una nueva computadora, porque no disponía de toda la
plata para pagarla al contado. Son cosas que pasan: Me puse las pilas, pagué
todas las cuotas en término, y ya está. Si en el futuro tengo que hacer una
compra que no puedo postergar, veré cómo me las rebusco. Al igual que si fuera
un presupuesto, hay que tener una partida para hacer frente a gastos
corrientes, como pueden ser los insumos. Es el costo que vos tenés por hacer tu
trabajo, y por lo tanto eso no te puede faltar. Por ejemplo, una imprenta
necesita sí o sí contar con tinta y papel. Y cada rubro tendrá lo suyo.
Como les puede
suceder a cualquiera de ustedes, si yo tuviera un registro más eficiente,
seguramente llegaría más holgado a fin de mes. Básicamente, aprendería a
reconocer e identificar esas erogaciones superfluas que uno ya tiene
incorporadas y de las cuales (a veces) cuesta mucho prescindir. Todo lo que hay
que hacer es poner manos a la obra, no está mal darnos un gusto, pero si
aquello que nos gusta representa un gran desembolso de nuestros ingresos, habrá
que dejarlo para otra ocasión. Hoy por hoy, lo que uno cobra todos los meses ya
no rinde como antes. Es lo que nos toca, ya he dedicado varias notas del blog a
hablar sobre eso, y es evidente que no va a cambiar en el corto plazo.
En fin, vamos a
dar vuelta de página. Para este mes que recién comienza tengo las mejores
expectativas. Siempre surgen hechos inesperados que implican una exigencia
mayor a la que imaginábamos, hay que lidiar con eso, de lo contrario la vida
sería previsible, rutinaria, y aburrida. En los primeros párrafos de este
posteo yo mencionaba que este año no ha sido sencillo de afrontar, porque
siento que no alcancé muchos logros en el plano personal. Atravesé por varios
bajones, hubo momentos en que no tenía ninguna motivación de emprender nada,
estaba bloqueado. Pero lo que rescato es que, pese a ello, seguí adelante con
mi trabajo, y en la segunda mitad de 2025, sumé el hábito de las caminatas y
del gimnasio. Cubrí las dos elecciones que hubo en septiembre y en octubre, con
la premisa de brindar a los lectores la mejor calidad periodística. La campaña
electoral me provocó mucho estrés, pero estoy satisfecho con lo que pude
lograr. Nunca me quejaría de mi laburo, porque es lo que elegí hacer. Por lo
tanto, si ante determinada coyuntura hay que esforzarse más, habrá que hacerlo
para obtener un mejor resultado.
Por eso el
desafío es levantar la puntería en los dos meses que restan, para encarar el
próximo período con otra perspectiva. En esta época es frecuente pensar en el
paso del tiempo, y aunque el envejecimiento es inevitable, hay diversas formas
de transitarlo. Lo único valioso de ese proceso es adquirir experiencia, tener objetivos
más claros. Cuando uno recién empieza a darle forma a un proyecto, hay mucha
ilusión, pero también abundan las expectativas irreales. Si conocés tu target,
eso representa un gran paso, porque su esfuerzo va a ir orientado a la gente que
consume tus productos o servicios. En mi caso, un servicio informativo a través
de un portal Web no tiene una gran audiencia de adolescentes. La gente que se
pone a leer una noticia o a ver las fotos debe tener de 30 años para arriba.
Entonces, si vamos a indagar en lo que significa el paso de un año a otro,
podemos llegar a varias conclusiones. Inexorablemente seremos más viejos, pero
aun así podemos encontrar aspectos interesantes para poner del otro lado de la
balanza. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario