11 de junio de 2010

Cumpleaños y Mundial


Fría noche con cielo parcialmente nublado en la ciudad. Ayer, jueves, festejé mi cumpleaños, aunque en realidad entre el trabajo diario y los compromisos de mis amistades no hubo oportunidad de hacer ninguna reunión social. Pero debo decir que mucha gente se comunicó conmigo para saludarme por un nuevo aniversario de mi existencia en este mundo, lo cual no es poca cosa. Además, creo que la época de las grandes fiestas, en las cuales uno invitaba a sus amigos con variedad de platos y bebidas, música, y todo lo que implica un cumpleaños para un número importante de personas, ha quedado atrás. Muchas veces se pierde tiempo y dinero invitando a personas con quienes no hay demasiada afinidad, y que son amistades por "carácter transitivo": amigos de amigos, clientes, o meros conocidos. La cuestión es que pasé este cumpleaños de un modo totalmente distinto a los anteriores, y a medida que uno va envejeciendo comienza a ver las cosas de otra manera. Antes esperaba que llegara la fecha con gran expectativa, y cada vez que recibía un almanaque del nuevo año lo primero que hacía era fijarme en qué día de la semana caería mi cumpleaños. Siempre es gratificante recibir regalos o muestras de afecto por la gente de tu entorno, pero creo que esas cosas se van dando solas y muchas veces no es posible saber cómo reaccionarán quienes nos rodean ante algo que nos toca tan de cerca.

Cambiando de tema, hoy empezó el Mundial, y me perdí la ceremonia inaugural por quedarme en la cama hasta tarde. Salí de casa a media mañana para hacer unas cobranzas cuando el primer partido del torneo, Sudáfrica-México, estaba a punto de empezar. Desayuné en el Escritorio y me quedé un rato viendo el partido cuando ya iban 6 minutos de juego. Me pareció bastante aburrido, por cierto, si bien todavía es demasiado pronto como para hacer conjeturas sobre el desarrollo del resto del Mundial.

Eso sí, lo que más me irritó, fue esa suerte de "zumbido de mosquito" provocado por las trompetas, cornetas, o como quiera que se llame, de los miles de espectadores del estadio. Nada de cánticos, bombos, bengalas o pirotecnia: siempre el mismo sonido, que provoca un fastidio imposible de explicar.
Otro aspecto que me llamó la atención fueron los carteles publicitarios, y las pocas empresas y marcas que acaparan todo el perímetro de la cancha. Ya no están más FUJIFILM, JVC, o incluso Mc Donald's, al menos por lo que alcancé a ver en los dos partidos que se jugaron hoy. Por otra parte, el realismo que uno vive desde la pantalla resulta sorprendente. La señal de alta definición (HD) permite que podamos ver hasta las gotitas de transpiración en la frente de los jugadores. Definitivamente, con la tecnología no hay vuelta atrás, es un camino que se transita en un sola dirección, más allá de que sus resultados no siempre implican un mejoramiento en la calidad de vida. Mañana, todo el país espera el debut de Argentina con Nigeria. Creo que será un partido trabado en la mitad de la cancha pero accesible, como así también es probable que el equipo nacional no pueda mostrar todo su potencial en su debut mundialista. Históricamente, la Selección que alcanzó instancias decisivas fue evolucionando de menor a mayor en su rendimiento. Faltan pocas horas para elucidar esta cuestión y ver qué tiene para ofrecer el representativo local.

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