1 de noviembre de 2011

Feliz noviembre para todos!!!


Primer día del mes. Como nos ocurre a la mayoría, nos hace pensar acerca del paso del tiempo, de lo que hicimos y de lo que nos falta concretar. Yo me he propuesto como meta mantenerme tranquilo ante toda la vorágine propia de este último tramo de 2011. Es cierto que me podría haber ido mejor en varios aspectos, pero a veces caemos en la tentación de no pensar qué responsabilidad tenemos nosotros para que las cosas sucedan.

Si tengo que hacer una autocrítica, diría que tomé muchas decisiones equivocadas, o que me apresuré demasiado al hacerlo. Quizás por eso, noviembre es para mí un mes distinto a los anteriores, porque estoy tratando que no me afecten cosas que antes me angustiaban más de lo que merecían.
De a poco voy retomando viejos hábitos que me daban placer, por escuchar música (hoy estuve con los Bee Gees y con U2, por ejemplo), y procuro despejar mi mente de todo aquello que no puedo solucionar en un corto plazo. Tengo una familia que me apoya incondicionalmente, y eso es el mayor capital con el que puedo contar. Nunca me gustaron las tareas domésticas, como barrer los pisos o tener que lijar una puerta, pero comprendí que es una manera de colaborar para que la casa no se venga abajo, porque en casi todos los hogares siempre se rompe algo como consecuencia del desgaste natural de una vivienda. Además, como a muchas personas de mi edad, me preocupa el hecho de no saber arreglármelas para mantener una casa cuando me vaya a vivir solo, hecho que no sé cuándo ocurrirá, pero que representa todo un desafío.

Hoy fui al supermercado, como hago habitualmente, y me puse a mirar los precios para intentar elucidar por qué la guita rinde tan poco. Los alimentos están caros, y a diferencia de otros productos, necesitamos de ellos para subsistir. En el Mercado Central, que visité el pasado domingo, hay precios que están muy por debajo de los que se consiguen en Lobos, pero los programas del Gobierno ofrecen mercadería que no es de buena calidad. Comprar asado por $ 10,50 el kilo suena interesante, pero si el corte de carne tiene mucha grasa se desperdicia demasiado y el kilo que adquirimos queda reducido a la mitad. Las frutas y las verduras en el Mercado Central son imbatibles, eso hay que decirlo. Hay buenos precios, variedad y calidad. Lo mejor que se puede hacer es comprar directamente, sin intermediarios, pero para hacer una buena diferencia es importante comprar una buena cantidad, y tener una camioneta o un vehículo de gran porte para poder llevar varios cajones de frutas y verduras. Los puestos son casi infinitos, y en los que están gestionados por el Gobierno siempre aparece un cartel que dice: "Clarín miente". La única mentira es tener que seguir creyendo que no hay inflación y que el INDEC es un organismo estatal impoluto. En fin, podría escribir más sobre mi paseo del domingo por el Mercado Central, pero prefiero empezar noviembre con algo que me motive a creer que los argentinos dejaremos de ser tan egoístas e intolerantes, obsesionados por el dólar, y por la codicia. Feliz noviembre para todos, y que sea un mes fructífero para nuestros objetivos! Será momento que empezar a tomar apuntes de todas las cosas que queremos hacer, como bien ilustra la foto que elegí.

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