Lunes por la noche. Hola amigos!!! Retomo el contacto con ustedes a través del blog, luego de una jornada con bastante actividad. Me molesta que los profesores decidan dónde van a dejar el material para fotocopiar; creo que lo más justo sería que lo tengan en un pendrive o lo envíen a la casilla de cada alumno para que éste decida en qué lugar quiere imprimir los apuntes. Treinta centavos la copia no parece ser una cifra significativa, excepto cuando tenés muchas materias y cada unidad contiene un módulo de estudio que encarece notablemente el simple hecho de acceder a los textos para estudiar. Todavía persiste la tendencia de muchos docentes a escoger textos viejos, casi ilegiles, cuya lectura se vuelve más dificultosa aún cuando son fotocopiados. En realidad, no sé por qué estoy renegando tanto contra esto, ya que hasta el momento el bolsillo me permite conseguir todos los apuntes. Pero nunca viene mal ahorrarse unos pesos para otros fines más gratos al espíritu, ¿no es cierto?.
Hay que familiarizarse con la lectura de un texto académico, con las letras en cursiva o bastardilla, con las interminables y aburridas notas al pie de página, los prólogos, las notas preliminares, y tanta hojarasca que no hace desviar la atención de lo esencial que estamos leyendo.Creo que de algún modo es un signo de los tiempos: los diarios y las revistas más importantes dedican mucho espacio a las fotos y poco al texto escrito, abusan de los recuadros, de las infografías, y de un sinfín de boludeces que nada aportan a la información que se pretende difundir y que con tanto despliegue visual queda reducido a su mínima expresión. Bueno, me cansé de renegar por hoy. Espero que mañana el martes me encuentre de mejor semblante y sin bajar los brazos cuando se trata de emprender la lectura de un apunte engorroso. Punto final!