20 de enero de 2015

Nisman

Parece ser que, tras el crimen (o suicidio) del Fiscal Nisman, todos los argentinos nos hemos convertido en Peritos en Balística, en Médicos Forenses, en Psiquiatras o Psicólogos. En los años que llevo viendo televisión, nunca vi algo así, una suerte de tsunami en torno al malogrado Fiscal Alberto Nisman. Tengo sospechas de que el tipo no se suicidó, por cómo venía la mano, y porque tenía que ir a declarar el día posterior a su fallecimiento. Es todo muy raro: había custodios, el acceso a la puerta del departamento era con una llave codificada o con una tarjeta (lo cual no está al alcance de cualquiera), las últimas noticias confirman que no había rastros de pólvora en la mano de Nisman... pero hay otra cosa que me llama más la atención, y es ver cómo una noticia tapa rápidamente a la otra. En el verano 2013/2014 no se habló de otra cosa que del crimen de Angeles Rawson (nunca esclarecido). Luego siguió el de esta chica llamada Melina, cuyo nombre completo no me acuerdo. Y más recientemente, el de Lola en Punta del Este. Y resulta que bueno, apareció esto, y como si se tratara de una Cadena Nacional, todos los medios están hablando del tema. No está mal que se informe, pero hay cosas aberrantes: por ejemplo, que se den a conocer los mensajes de texto o de Whatsapp que el Fiscal escribió antes de morir. Todas esas pruebas, a las que accede la prensa a cambio de billetes, deben permanecer en el ámbito de la Justicia para que se pueda investigar con tranquilidad y celeridad a la vez. 

Espero que esta vez, los argentinos dejemos de seguir este caso como si se tratara de una telenovela, y seamos capaces de discernir entre la indignación lógica por una muerte injusta y violenta, y la voracidad de los medios de comunicación. Punto final.

Dame aunque sea una mísera señal!

  Martes por la noche en la ciudad. La verdad es que no estaba del todo convencido acerca de escribir algo hoy. Pero si voy a esperar a deja...