13 de enero de 2015

Sigo vivo...

Buen martes, amigos. Luego de unos días de receso, aquí estoy de vuelta. Estaba pensando que hay preguntas un poco boludas que a veces uno escucha, pero que tienen algún asidero. Por ejemplo: "¿Creés en el destino?". Desde la Filosofía se puede acceder a una respuesta, pero aunque fuera cierto que "las cosas suceden por algo", a cualquiera de nosotros nos han ocurrido hechos inexplicables desde la razón. Cuando yo estudiaba Periodismo y estaba enganchado con la cuestión, le pregunté a mi Prof. de Filosofía. Y me recomendó un libro: "El azar y la necesidad", de Jacques Monod. Un amigo se lo compró, yo intenté  leerlo pero me resultaba demasiado engorroso el texto. Viéndolo desde un modo simplista, y carente de todo basamento científico, es difícil de explicar que todos los pasajeros de un avión (por citar un caso), mueran en un accidente, y que justo el que se enfermó o llegó tarde al vuelo (por ende no viajó), se haya salvado. Una de las películas más conocidas "Destino Final", abordó de un modo bastante liviano el tema, pero el hecho es que ese episodio brinda sustento a todo lo que sucede después en el film. Y tanto rédito le trabajo a los productores, que hicieron cuatro o cinco secuelas más, cambiando el escenario y buscándole una vuelta de tuerca a algo donde ya no había siquiera tuerca. Se sabe que las segundas partes nunca son buenas. Quizás por eso, no deja de llamarme la atención que Sylvester Stallone, con casi 60 años, quiera seguir interpretando a Rocky o a Rambo. Mejor retirarse con dignidad, y dejar que esos dos héroes de nuestra adolescencia permanezcan en nuestra memoria dejándonos un buen recuerdo. Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...