8 de julio de 2016

Vísperas de Bicentenario

En vísperas del Bicentenario de la Independencia, es un buen momento para reflexionar, para repensar la historia. Para hacer otra lectura de los hechos que dábamos por ciertos y que hoy son motivo de debate. Sin pretender ofrecer una mirada desalentadora, bien podríamos decir que los enfrentamientos de los albores de la Patria persisten. Quizás son otros los actores sociales, pero no hemos logrado una cohesión: unirnos por una causa común. Por supuesto, los próceres de 1816 no imaginaban, ni siquiera remotamente, cómo sería el devenir histórico de la Argentina. Un país que recién tuvo su propia Constitución en 1853, y que aún así padeció el fraude electoral, porque el hecho de votar era una mera formalidad y fue así como se acuñó el término "Década Infame", allá por 1930. Sucesivos golpes militares, presidentes interinos, crisis económicas, la miseria y desolación de 2001/2002. Pero lo más llamativo, es que como reza el dicho popular, aunque a este país han hecho todo lo posible para hundirlo, no lo han conseguido. 

Sobrevivimos a los demagogos, a los autoritarios, los ambiciosos, los que querían comprar el país. Sobrevivimos a quienes se creían con derecho a todo sólo por haber ganado una elección. A diario, asistimos a hechos de corrupción aberrantes, descarados, en los cuales ni siquiera los delincuentes se toman el "trabajo" de disimular su codicia. Y aún así, sobrevivimos, y eso es lo más maravilloso del argentino promedio: la voluntad de pelear a la adversidad, de levantarse cada día para ganarse el mango, de movilizarse por las causas solidarias, de ser "familieros" y conservar nuestros afectos. Están los arrogantes, los que dicen "negro de m....", y toda esa lacra que a veces parece ser la mayoría. Pero puedo asegurarles que no lo son: representan un sector resentido, frustado y reaccionario, no al grueso de la sociedad que tiene convicciones distintas a las de los pobres de espíritu. Brindemos, entonces, por 200 años más. Punto final. 

Cayéndose a pedazos

  Nos estamos cayendo a pedazos. Más allá de lo desastroso que es el gobierno de Milei, y que salta a la vista, hay otros aspectos a conside...