4 de octubre de 2016

Salir de la jaula

Una cosa es aprender a manejar tus emociones, y otra muy distinta, es "masticar bronca" todo el tiempo. Es más sanador escupir tu enojo que dejarlo "reposar" y que se haga cada vez más grande. No permitas que nadie te quite la oportunidad de ser feliz. Parece una frase bonita, sacada de algún libro berreta, pero es la realidad. Esta es la única vida que hay, y en consecuencia, no podemos pretender que nos avasallen o nos pasen por encima. El maltrato que se ve en la calle, en las oficinas públicas, en los hospitales, es constante. A nadie le importa demasiado si está hablando con una persona o con un maniquí, basta con hacer todo lo más rápido posible para rajarse del laburo hasta el día siguiente. Son los mismos que dicen "qué país de mierda" y no pierden oportunidad de irse de vacaciones cualquier feriado puente o fin de semana largo. Tan mal no les va viviendo acá, parece.

El primer paso para salir del estado de interferencia de nuestras emociones, de esa desvalorización del otro (a lo que me refería al principio), es reconocer que siempre habrá alguien que haga las cosas mejor que nosotros. No obstante, tenemos la capacidad de tomar debida nota de ello, de capacitarnos, de no quedarnos pensando en "lo que podría ser". Hay determinados momentos de la vida en los cuales hay que jugarse, apostar las últimas fichas y que sea lo que Dios quiera. Y hay otras situaciones en las que podés tomarte un tiempo para reflexionar y pensar más antes de decidir. En cuestiones de salud, muchas veces no podés dudar un minuto, porque de lo que resuelvas hacer depende la vida de un ser querido. Por eso, considero que muchas veces es provechoso salir de la "jaula" que nos hemos autoimpuesto, del encierro en nuestros propios problemas, y replantearnos cómo mejorar nuestra calidad de vida para no estar luego lamentando o reprochándonos algo que no hicimos. Cuando ampliás la mirada, te tranquilizás un poco y vas sopesando los hechos, se hace más acertado tomar una decisión. CPunto final. 

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...