3 de octubre de 2016

Y si apagamos la luz?


Un lunes cálido y agradable en Lobos, ideal para emprender una buena caminata en la Plaza Tucumán en compañía de un amigo. La primavera se manifiesta de un modo espléndido, al menos si hablamos del clima. En lo que respecta a los ciclos políticos, estamos lejos de atravesar una "primavera". Se habla de un repunte del consumo, de que la gente ha vuelto a comprar. ¿Hay alguna forma de probarlo, más allá de una estadística y de los fríos números del INDEC? Y lo más preocupante aún, ¿es motivo para festejar como si hubiéramos ganado un Mundial? Uno de cada tres argentinos es pobre, de manera que ese tercio de la población no verá en sus bolsillos ningún impacto de la recuperación del consumo, si es que existe. No se trata aquí de ser pesimistas. Siempre habrá un sector de la sociedad que tiene el poder adquisitivo para gastar y despilfarrar en lo que quiera, pero son los menos, y prefieren gastar más en el Exterior que en su propio país. En este contexto, el estrés y la incertidumbre nos están matando de a poco. Nadie sabe qué va a suceder, y ojalá podamos un día sentarnos a la mesa sin tener que hablar de las tarifas, de la inflación, de los impuestos, y de lo caro que se ha vuelto vivir. Efectivamente, mantenerse vivo es caro, más aún si tenés la mala suerte de enfermarte. 

A medida que fue evolucionando la sociedad, los hechos se suceden con una rapidez inusitada, y todo se vuelve impredecible. Ni los políticos pueden prever los resultados de las medidas que van a tomar, caso contrario sería muy sencillo hacer demagogia y dejar a todos contentos, diciendo lo que los demás quieren escuchar. 

Creo que ya no importa pensar si lo que estamos atravesando es nuevo, o hay un "efecto arrastre" de los últimos 12 años. Los que gobernaron hasta 2015, y los que lo están haciendo ahora, tienen que hacerse cargo y tomar cartas en el asunto. Y si se prueba la comisión de un delito, que vayan presos a una cárcel común, como los "tumberos", y no a una prisión VIP.  Como verán, todas estas son expresiones de deseos sobre cómo nos gustaría que fueran las cosas. Porque se acumulan pruebas y denuncias, los funcionarios o ex funcionarios desfilan por los pasillos de Tribunales como si fuera la alfombra roja de los Oscar, y sigue la joda, precisamente en un momento que el ánimo social no está para joder. El horno no está para bollos, seguramente 2017 será mejor, pero este año fue terrible en todos los sentidos, con medidas durísimas para la clase media y los más pobres. No quiero ser reiterativo, lo que ansío es que cuando llegue 2019 pueda decir que Macri hizo una gestión eficiente y que dio lo mejor de sí para resolver este descalabro social. Punto final.

Dame aunque sea una mísera señal!

  Martes por la noche en la ciudad. La verdad es que no estaba del todo convencido acerca de escribir algo hoy. Pero si voy a esperar a deja...