22 de enero de 2019

Segunda quicena calurosa y ajustando el presupuesto

Comienzo de semana, un lunes agitado con mucho calor, que se hizo difícil de sobrellevar, porque para ir a trabajar tenés que salir de tu casa y caminar la calle, otra no queda. Por algunas cosas que me sucedieron días atrás tenía bastante malhumor, lo cual no ayudó a que fuera una jornada ideal. Ahora, promediando la noche, ya me siento más relajado. Lobos fue uno de los distritos pioneros en la zona en materia de diarios digitales, hoy casi todos los pueblos vecinos tienen uno o más medios, de manera que no sólo hay que afrontar una competencia sana entre colegas de una misma ciudad, sino estar atentos a lo que sucede en localidades cercanas ya que no podemos permanecer ajenos. Por ejemplo, el lamentable fallecimiento de un joven en aguas del Río Salado, que ocurrió días atrás en Roque Pérez mientras estaba pescando con un grupo de amigos.

Aunque  ya me habrán escuchado decirlo, nunca puse en práctica un plan de ahorro serio que me permitiera tener una pequeña reserva de dinero para gastos inesperados. Lo que hago al final de cada día es calcular cuanto gasté, pero es demasiado tarde, la plata ya se fue. Por eso, hoy dediqué unas horas a hacer una suerte de presupuesto mensual que contemple los gastos fijos y en base a ello, determinar cuánto me queda disponible.

Nunca fui un gran derrochador, simplemente no elijo de la forma correcta en qué invertir mi plata. Por supuesto, el término "invertir" me queda grande, porque no tengo recursos para ponerlos en acciones, bonos, y todos esos productos financieros. De lo que estoy seguro, es que siempre detesté a los avaros y tacaños, sobre todo si tienen plata...como si se la fueran a llevar a la inmortalidad. Existen casos que podrían considerarse patológicos, de personas con una gran fortuna que no te invitan ni un café. Lo más razonable es buscar un equilibrio entre ambos. Por ejemplo, este mes me compré una bici y hasta ahora me está siendo muy útil, para hacer mandados, ejercitarme, o lo que sea. Me sirvió contar con una después de tanto tiempo de recorrer largos trayectos a pie, tener que pedir un remís o tomar el colectivo.
Parte 2:

Hoy ya es martes, y me desperté para empezar el día con una modorra impresionante, me costó arrancar. Por eso, cuando ya había dejado listo el trabajo pendiente, dormí una siesta, porque no daba para hacer otra cosa a las tres de la tarde con un sol calcinante y 34 grados de temperatura. Me dormí casi sin darme cuenta, en un momento dado estaba escuchando radio y sentí que me vencía el sueño, dejé los auriculares a un lado, apagué el equipo, y eso es lo último que recuerdo. Hasta ahora, que me lavé la cara y me puse a escribir estas líneas. Otro "verano cruel" para aquellos que sólo disponemos de una modesta pileta Pelopincho. Por lo menos no padecimos el "mega apagón" que tuvo en vilo a los porteños en la tarde de hoy.  Punto final.

Nos estaremos viendo pronto

  Dentro de las virtudes que -según mi visión- el periodismo debe tener, están la mesura y el equilibrio. Los periodistas tenemos una respon...