10 de febrero de 2019

Sobreviviendo en tiempos de crisis

La Argentina es un país que vive en eterna crisis. Cuando no es de ínodole económica, es institucional, o ambas a la vez. En este momento, las políticas implementadas por el macrismo están provocando un cimbronazo de tales dimensiones que no sabemos cómo va a terminar esta historia. No es que los que estuvieron antes en el poder fueran honestos y eficientes, lo que sucede es que el manual de Cambiemos es mucho más voraz y depredador en el corto plazo. Veamos: 

- Cierre de fábricas e industrias, tanto locales como multinacionales. El resultado: pérdida de fuentes de trabajo, menor producción, aumento del índice de pobreza. 

- Tasas de interés que parecen de ciencia ficción, con las cuales el macrismo consiguió su objetivo de "secar la plaza de pesos". Vale decir, que no haya un mango en la calle que se vuelque al dólar. Pero a su vez, esta receta inexorablemente trae como efecto colateral una baja en el consumo y que la gente sea cada vez más selectiva en sus gastos para llegar a fin de mes. 

- Megadevaluación en 2018: entre junio y agosto del año pasado, nuestra moneda se depreció frente al dólar, que subía como la espuma de la cerveza, sin ningún control. Por tal motivo, aumentaron todos los insumos importados, y ya que estamos, remarcaron aquellos de producción nacional, tomando como referencia un dólar a $ 40. Los alimentos, combustibles, indumentaria y otros rubros, actualizaron sus valores de un modo brutal e imposible de afrontar para la clase media. 

- Lobby y propaganda de medios de comunicación "amigos". Lo que tanto se le criticaba a Página/12 y otros pasquines afines al kirchnerismo en su apogeo, ahora lo están haciendo otros. Quizás de un modo más sutil, pero no por ello menos evidente. Clarín y La Nación se alinearon con el macrismo desde la primera hora, aunque les cueste perder la credibilidad de sus lectores. La responsabilidad social de los medios masivos es enorme, porque están ocupando una posición de poder. Cuando vemos que la realidad de atravesamos en lo cotidiano va a contramano de lo que sale publicado en los diarios, algo no está funcionando bien. 

- El oficialismo se apresura a mencionar que la crisis es grave pero que ahora hay números confiables que suministra el INDEC, cuando durante el kirchnerismo dicho organismo fue intervenido y las cifras se "dibujaban" del modo más caprichoso posible. Es una verdad a medias, que responde al famoso discurso del "sinceramiento". Hay datos no oficiales que sostienen que durante los 12 años K, la inflación fue del 1.000 %. Esto es posible, pero no hay fuentes confiables que lo avalen. La inflación existió durante aquellos años, inclusive hasta se prohibió que las grandes cadenas de supermercados publicaran sus ofertas en los diarios. Pero como lo que nos importa es el aquí y ahora, vemos que el año 2018 cerró con la inflación más alta de los últimos 27 años, un 48 % que es apenas superada por algunos países africanos. Por eso es que cuando uno ve el debate presidencial Scioli-Macri de 2015, se da cuenta de que los dos candidatos estaban guionados, sólo que prevalece más el cinismo y la falta de sentido común del actual mandatario. 

- Finalmente, no está de más recordar que es el pueblo quien decide, por lo cual si este año Macri resulta reelecto, espero no escuchar a nadie quejarse por lo caro que está todo, por la misera y la malaria que hay, o por lo que fuere. Habrá que bancarse este estado de cosas por 4 años más, aunque justo es decir que desde la oposición no aparece ningún candidato con chances serias de competir, a menos que se presente CFK, que es más de lo mismo, aunque no lo parezca. Punto final. 

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