21 de diciembre de 2019

Pateando un hormiguero

Sábado por la noche en la ciudad. ¿Qué loco, no? Diputados y Senadores sesionando de madrugada para aprobar el megaproyecto del Ejecutivo entre gallos y medianoche, mientras durante el resto del año se rascaron a dos manos y el común de la gente está más preocupada de otras cuestiones más propias de la vida cotidiana. De más está decir que este año no me iré de vacaciones a ningún lado, algo que no me molesta porque tengo que adaptarme a esta nueva realidad. Tengo otros gastos más urgentes antes que tomarme un descanso que puedo hacer en mi casa. Hoy en Lobos, después de la hora de la siesta, parecía que había "pateado un hormiguero": hubo un flujo incesante de gente por las calles del centro, haciendo compras en los negocios, buscando el tradicional regalo navideño para sus seres queridos o familiares.Los cajeros automáticos colapsaron, porque la demanda superaba a la cantidad de plata que tenía disponible cada máquina. Por supuesto, este escenario no fue de la intensidad de hace diez años, cuando el consumo registraba marcas históricas, porque había plata en la calle y la gente gastaba sin dudarlo demasiado. Las compras de este 2019 son más selectivas, de hecho en los supermercados, los lobenses compraban la mercadería habitual para las Fiestas, pero con un criterio más racional porque no estamos en una época que permita tirar manteca al techo. 

Fue muy curioso lo que acabo de describir, porque me encontré con amigos y conocidos que no suelo ver habitualmente, algo parecido a lo que me sucede cuando hay elecciones y aparecen entre los pasillos de las escuelas vecinos que aprecio, pero que no tengo oportunidad de ver asiduamente. Esto suele pasar porque ya no viven en Lobos pero tienen domicilio acá, por lo tanto también votan en nuestra ciudad. 

Tengo esperanzas de que se reactive el mercado interno para poder salir de la malaria en que nos encontramos sumidos, pero tampoco veo con agrado que el peronismo haya reclamado "superpoderes" ni bien asumió, bajo el argumento de declarar la emergencia económica y alimentaria. La Constitución concede amplias facultades al Presidente como para que se le otorgue más poder con una reforma que no se discutió en profundidad porque lo que prevaleció fue convertirla en Ley cuanto antes, casi sin leer lo que se estaba votando. Así como el macrismo se fortaleció con el famoso "se robaron todo" y Lázaro Báez revoleando bolsos con dólares, ahora es el kirchnerismo quien habla de "tierra arrasada". Parece ser que cuanto peor estemos, mejor para ellos, porque constituye un pretexto para avanzar con nuevos impuestos, modificaciones en la movilidad jubilatoria, tratando de poner un huevo en cada canasta. No es algo nuevo: de hecho, Macri lo hizo pero sin necesidad de este artilugio legal, ya que aumento las tarifas a niveles exorbitantes con la sola formalidad de convocar a una audiencia pública que no sirve para nada. No le podés hablar de déficit fiscal a la mayoría de los asalariados que se vieron empobrecidos por una política económica errática y poco efectiva, porque ni siquiera con el desembolso del FMI se logró paliar el déficit, sino que esa guita se destinó a contener la escalada del dólar en los bancos y casas de cambio. Y los monotributistas como yo, aunque sea una obviedad, no cobramos aguinaldo, sino que facturamos según nuestros ingresos. 

Esto recién empieza. Enero promete ser un mes picante, ya con un Presidente "blindado" con las facultades que le otorgó el Congreso al sancionar este esperpento de Ley. Ya habrá más novedades para este boletín. Punto final. 

Costillas

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